Archivos Mensuales: noviembre 2011

SIMPOSIO IBEROAMERICANO DE ESTUDIOS COMPARADOS SOBRE CINE EN BUENOS AIRES

En el mes de diciembre el blog tendrá poca actividad. Sucede que he tenido la suerte de ser invitado al “Simposio Iberoamericano de estudios comparados sobre cine: representaciones de los procesos revolucionarios en el cine argentino, brasileño y mexicano”, que sesionará en Buenos Aires (Argentina) los próximos días 5 y 6 de diciembre.

El programa científico promete mucho, como podrán comprobar más adelante. Y en lo personal me interesa el intercambio de ideas con colegas de otros países que ya trabajan estos asuntos que, para los estudiosos de Cuba, todavía es novedad.

Y luego está, por supuesto, la posibilidad de recorrer una ciudad que, tal vez por culpa de Borges, he convertido en algo más que un mito. Será un verdadero placer reencontrarme con la Dra. Ana Laura Lusnich, esta vez jugando el papel de anfitriona, y también con mi entrañable amigo Miguel Lafuente, a cuya desinteresada solidariad le debo la edición y publicación de mi primer libro: “Por una crítica imperfecta” (1995).

Les dejo con el Programa Oficial del evento, y espero que al regreso pueda contarles algo de esa ciudad sobre la cual Borges alguna vez escribiera: “Las calles de Buenos Aires/ ya son mi entraña”.

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NEOANALFABETISMO, NUEVAS TECNOLOGÍAS, Y CULTURA EN CAMAGÜEY (3)

Lo que más me gustó del encuentro que sostuvimos el pasado miércoles en “La Ciudad Simbólica”, es que dejamos a un lado el trillado sollozo tercermundista, y nos concentramos en imaginar las cosas que se podrían hacer con lo que ahora mismo tenemos.

El indiscutible subdesarrollo tecnológico que padecemos, sumado a una estrategia institucional que (desde mi punto de vista), todos los días es superada por la implacable sentencia de la realidad, no justifica la abulia de muchos de nuestros intelectuales (al menos en Camagüey) hacia estos asuntos. Creo que al final se cumplió el objetivo perseguido: sembrar inquietudes en las mentes, más que pretender resolver problemas que sólo el tiempo podrá depurar.

Por lo pronto, las instructivas intervenciones de Oscar Casas, webmaster del Portal Príncipe, y Lázaro David Najarro Pujols, nos dejaron ver cuánto puede aprovecharse el impacto de las redes sociales, por ejemplo, en la promoción y mercadeo (sí, porque al menos a mí me parece superficial la satanización que muchas veces hacemos del mercado) de nuestra cultura. Yo pienso que en vez de atacar en bloque todo lo que hace “el enemigo”, se pudiera estar atento a lo que ya es una realidad inevitable, y poner en práctica aquellas ideas que pueden beneficiarnos.

Pondré un ejemplo personal. El otro día por casualidad tropecé en Internet con una librería en los Estados Unidos que tiene varios de mis libros. Y “Bloguerías”, por mencionar uno, que aquí cuesta seis pesos moneda nacional (unos treinta centavos en moneda convertible), allí se vende a diecinueve dólares más diez de envío. Está claro que de esa venta no percibo un centavo, pero a mí no me molesta porque en el fondo eso es promoción. Lo que no me explico es por qué la UNEAC de Camagüey no podría tener su propia librería electrónica, y comercializar las obras de sus escritores por esa vía, y ya de paso obtener ingresos.

Ya sé que hay criterios encontrados sobre la razón de ser de la UNEAC, y que la comercialización no entra dentro de sus objetivos. O al menos dentro de sus propósitos esenciales. Pero la UNEAC nació en un momento en que la actual revolución electrónica ni siquiera se sospechaba, por lo que permanecer como si nada pasara ante las nuevas demandas de la época lo único que hará es resaltar un peligroso anacronismo. Cabría aquí citar aquello que en 1972 escribía la polémica antropóloga Margaret Mead:

“Nuestro pensamiento nos ata todavía al pasado, al mundo tal como existía en la época de nuestra infancia y juventud. Nacidos y criados antes de la revolución electrónica, la mayoría de nosotros no entiende lo que ésta significa. Los jóvenes de la nueva generación, en cambio, se asemejan a los miembros de la primera generación nacida en un país nuevo. Debemos entonces reubicar el futuro. Para construir una cultura en la que el pasado sea útil y no coactivo, debemos ubicar el futuro entre nosotros, como algo que está aquí, listo para que lo ayudemos y protejamos antes de que nazca, porque de lo contrario sería demasiado tarde”.

Es de la renovación del pensamiento que queríamos hablar (y hablamos) en ese encuentro. Preparar desde ya esa futura manera de pensar la tecnología es primordial, porque de nada vale que mañana mismo, ocurrido un milagro, todos los ciudadanos de este país tuviesen acceso libre a Internet, y no tengan la menor idea de cómo aprovecharlo mejor.

Pero no hablo de lo utópico, sino de lo concreto. Es preciso que, quienes desde la UNEAC de Camagüey tienen la posibilidad de conectarse con este nuevo mundo y no lo hacen, acaben de asumir que como vanguardia intelectual están desertando de un futuro que ya vive entre nosotros. Por otro lado, recomendaría también tener en cuenta aquella reflexión de José Luis Brea: “El pensamiento más intolerable -en relación a la «cuestión de la técnica»: imaginarla neutral. Es preciso saberla culpable, juzgarla siempre con implacabilidad. Ella nos trae el mundo que tenemos”.

Juan Antonio García Borrero

SOBRE “CINE CUBANO, LA PUPILA INSOMNE”, EL LIBRO

Entre las noticias más estimulantes que he recibido este año (y, debo admitirlo, no han sido pocas), está la que me llegó desde la Editorial UNIÓN para comunicarme que publicarían el libro Cine cubano, la pupila insomne.

Se trata, como algunos ya pueden adivinar, de una selección de textos publicados en este sitio. La primera parte (que he titulado “Primera temporada”) reproduce el contenido de Bloguerías (Editorial “Ácana”, Camagüey), y en la otra (titulada “Segunda temporada”) se incorporan nuevas entradas.

Bloguerías
es tal vez, de los libros que he escrito, el que más satisfacción me ha reportado. Es cierto que tres de los otros hasta han ganado el Premio Nacional de la Crítica Literaria, concedidos en su momento por intelectuales que respeto muchísimo, pero siempre tuve la certeza de que el alcance de esos volúmenes estaría restringido a los especialistas, o a las personas que les interesa el cine cubano.

Con Bloguerías, en cambio, me ha sucedido que, para poner un ejemplo, me he encontrado en un hospital con alguien que me ha reconocido y me empieza a hablar del libro, no desde la perspectiva del entendido en asuntos de cine, sino desde la de un lector común. Aunque probablemente lo que recuerde con más intensidad sea esa noche en que mi padre (que de cinéfilo no tiene nada), minutos después de concluir su lectura me llamó a casa para comentarlo. Y me describía lo que yo había escrito como si en realidad lo hubiese escrito él.

Algunas veces he dicho que los autores firman los libros, y los editores los hacen. Y lo mantengo. Bloguerías tuvo la suerte de tener como editora a la escritora camagüeyana Olga M. Romero Mestas. Implacable, como deben ser los buenos editores, ella contribuyó de manera decisiva a que ese libro obtuviese la fluidez comunicativa que comentaba antes. Sé que sigo en deuda con ella. En el caso de la Editorial UNIÓN, la suerte no ha sido menor, pues he podido gozar de la complicidad exigente del escritor Ernesto Pérez Chang.

Por último, le escribí a Víctor Fowler para ver si se animaba a garabatear una suerte de introducción. Para mí Víctor Fowler es uno de los intelectuales más penetrantes y provocadores que tiene esta nación. Si se rastrea en este blog, nuestras polémicas han sido numerosas e intensas. Y a veces pudiera dar la impresión de que, como en los cariños más agudos, el amor y el odio van de la mano. Nada más alejado de la realidad. A Víctor le agradezco muchísimo aquella crítica que publicó en “La Gaceta de Cuba” sobre La edad de la herejía y Rehenes de la sombra. Una crítica nada complaciente que, sin embargo, la tengo entre mis preferidas.

No sé cuándo estará publicado el libro. En principio me hablaron para la próxima Feria del Libro que ya se organiza en La Habana. Pero no hay seguridad, así que por el momento, les dejo con la introducción de Víctor Fowler.

Juan Antonio García Borrero

VÍCTOR FOWLER A MODO DE INTRODUCCIÓN

Hoy en la mañana (me encanta esta posibilidad de manejar lo inmediato que se nos permite cuando se trata de blogs) Juan Antonio (García Borrero, “Juany”) posteó un texto que contiene la siguiente proposición: archivar el presente para los futuros humanistas. Eso me recuerda la fascinante proposición de Spielberg en A.I.; a saber, la vida humana no puede allí ser re-construída a partir de un representante de primer grado (cualquier sujeto humano como tal), sino que los extraterrestres se verán obligados a estudiar (como en un teatro) el despliegue del más grande de los sentimientos (el amor, aquel que exactamente expresa la diferencia humana) a partir de las reacciones experimentadas por un muñeco humanoide cuyo mayor deseo, a su vez, es conocer el amor (lo que le permitiría, al fin, fundirse con la madre).

En la proposición de Spielberg subyace la ilusión de que la superficie puede alcanzar la profundidad absoluta; de hecho, por circunstancias de la trama la representación va a tener lugar sólo una vez, de manera que después de ello el muñeco volverá a su vida de pura artificialidad. El sentido, entonces, habrá estado en la lección de amor que los extra-terrestres contemplan, en el instante de la teatralización; recuérdese que después de ello, muerta la madre humana revivida para la Obra (el punto es que sólo habrá una obra), para ellos el muñeco es igualmente inútil: expresión de una tecnología atrasada.

En la proposición de Juany, quien se apropia de una idea de Suzanne M. Schadl (la que, a su vez, al filosofar sobre la profesión del bloguero, cita un post del mismo Juany), la producción de files para el futuro puede ser entendida como la puesta en escena de una mente humana contemporánea (alguno que anda a nuestro lado) alrededor de un objeto concreto (en este caso, el cine).

Como mismo el muñeco (o parodia del simpático Pinocchio concebido por Spielberg en A. I.) deberá pasar centenares de años bajo el hielo antes de ser descubierto por los extraterrestres, el bloguero –según lo imagina Schadl, vía Juany- es una suerte de incalculado (aún) héroe de nuestro tiempo. Desde este ángulo se trataría de alguien que en cada post deja enganchada “la piel”, que trabaja “casi siempre en medio de la indiferencia colectiva”, y que produce para poblar un locus virtualmente infinito y ajeno para una gran zona de la humanidad: “plazas cubiertas de URLs, completamente inaccesible a las personas que nunca las visitan o que nunca notan sus direcciones”.

A la manera de un nuevo Pinocchio su usabilidad está en la puesta en escena misma; esto si antes aceptamos la paradoja de que la puesta en escena es la del amor al conocimiento y que, al tratarse de amor, excluye el acto cualquier noción de usabilidad. Dicho de otro modo, lo que nos deja Juany es la formidable lección ética del amante que todo lo desea saber y saborear del objeto de su amor.

Aquí debiera fragmentar la pantalla e introducir los siguientes textos:

1. Desde el inicio del blog de Juany (perdónenme no llamarlo de otro modo) me capturó el despliegue de una mente a propósito de los avatares del cine cubano; o sea, poder leer tanto los descubrimientos, memorias o intercambios de opinión acerca de la cinematografía nacional, como los estremecimientos de pensamiento en el autor-líder, sus saltos de este a otro tema u oscuridad.

2. Desde el inicio del blog de Juany (perdónenme no llamarlo de otro modo) me capturó la confianza que el autor depositó en la posibilidad que tiene la plataforma tecnológica de los blogs para crear nuevos puntos de emisión discursiva; es decir, para descolocar el logocentrismo sacralizador propio de las “versiones oficiales” de la historia cultural.

Esto, en un país como el nuestro, con un bajísimo desarrollo no-institucional de las nuevas tecnologías, y en una provincia es una hazaña enorme.

Juany, te atreviste y has insistido en “dejar piel”.

Gracias por el esfuerzo y la fe.

v.

(te seguiremos leyendo)

Victor Fowler Calzada

ALGUNAS OPINIONES SOBRE BLOGUERÍAS:

Armando Pérez Padrón

Ángel Velázquez Callejas

Rosa Ileana Boudet

Mayle González Mirabal

CUARTO FESTIVAL DE VIDEOARTE DE CAMAGÜEY, 2011

Mañana comienza en Camagüey el Cuarto Festival de Video Arte. Aquí les dejo con su programa general, y también con el programa científico.

JAGB

PROGRAMA GENERAL DEL CUARTO FESTIVAL DE VIDEOARTE DE CAMAGÜEY, 2011

Viernes, 25 de noviembre:
• Acreditación y coctel de bienvenida
Gran Hotel / 4:00 p.m.
• Inauguración del Festival
Plaza de San Juan de Dios / 9:00 p.m.
• Presentación de obras en concurso
Muestra #1
Plaza de San Juan de Dios / 9:30 p.m.
• Actividad recreativa
Casa de la trova Patricio Ballagas / 11:00 p.m. Lee el resto de esta entrada

ROMÁN GUBERN SOBRE “CRONOLOGÍA DEL CINE CUBANO”, de Arturo Agramonte y Luciano Castillo

Aunque el Festival de Nuevo Cine Latinoamericano que se celebra en La Habana tiene carácter internacional, no puede negarse que en el marco del mismo se realizan actividades que buscan promover un mejor conocimiento del audiovisual realizado en Cuba.

Entre esas actividades está la presentación de libros, y este diciembre no será la excepción, pues serán “lanzados” textos como “José Martí, el ojo del canario”, de Carlos Velazco, “Literatura y cine. Lecturas cruzadas sobre las Memorias del subdesarrollo”, de Astrid Santana, “Las trampas del oficio”, de Ambrosio Fornet, “El cine, décima musa de Alejo Carpentier” (compilación de Salvador Arias), “El mito Hemingway en el audiovisual cubano”, de Miryorly García, “Memorias de Cuba Baila” (compilación de Lola Calviño y Mario Naito), “Ciudadano cartel”, de Sara Vega, Alicia García, y Claudia Sotolongo, “A 50 años de Historias de la Revolución” (compilación de Mario Naito), así como el que considero desde ya el gran hito editorial de lo relacionado con el cine de la isla, la “Cronología del cine cubano (1897-1936)”, de Arturo Agramonte y Luciano Castillo.

Recuerdo que en su momento, cuando Luciano Castillo me hizo llegar la introducción que había escrito para su libro el español Román Gubern (otro de mis grandes guías en este complejo oficio de historiar), le escribí el siguiente mensaje:

“No me puedo imaginar un prólogo mejor para ese libro que estoy seguro se convertirá en una de las piezas claves de nuestra historiografía. Si en algo coincido con Gubern es que el título se queda muy por debajo de lo que el libro está proponiendo. Y esta impresión la obtengo a partir de la lectura parcial que he hecho de los diversos capítulos a los cuales he accedido. Supongo que mis sospechas se harán mayores en la misma medida en que pueda leer el libro íntegramente. Cosa que ansiamos ya todos los que de un modo u otro tenemos que ver con la investigación del cine cubano”.

Al igual que el resto de las publicaciones que he mencionado, la “Cronología del cine cubano” ha sido editada por Ediciones ICAIC, nada más y nada menos que en tres tomos que llegan hasta 1959. Por más que lo intento, me es francamente difícil imaginar alguna zona del cine nacional que no fuera tocada por estos infatigables investigadores que son Arturo Agramonte y Luciano Castillo.

Juan Antonio García Borrero

MUCHO MÁS QUE UNA CRONOLOGÍA
Por Román Gubern

En 1966 Arturo Agramonte publicó una preciosa Cronología del cine cubano, editada por el ICAIC, y en 2008 María Eulalia Douglas completó aquel trabajo pionero con su Catálogo del cine cubano (1897-1960), publicado por la Cinemateca de Cuba. Y ahora, con el título excesivamente modesto de Cronología del cine cubano aparece la apabullante investigación histórica de Agramonte y Luciano Castillo, una exhaustiva indagación que desborda largamente la modestia de su título. Pues nos hallamos, en efecto, ante una monumental investigación hemerográfica y archivística, insólita en el panorama de la historiografía de los cines nacionales.

La catarata de sugerencias que ofrece la lectura de este libro casi podría generar otro volumen repleto de comentarios, pero aquí me ceñiré a algunas pocas reflexiones que me parecen relevantes desde el punto de vista de un historiador español del cine. La primera reflexión que me asalta se refiere a los orígenes del cine en la que se llamó Gran Antilla. El cine nació en Francia el mismo año en que murió José Martí y poco después de la desaparición del poeta cubano Julián del Casal (1863-1893), pionero del modernismo. Aunque Cuba padecía entonces una sumisión colonial, puede afirmarse que sus elites estaban en sintonía con lo más avanzado de la cultura europea. Las giras frecuentes de compañías teatrales españolas mantenían a la burguesía cubana al día de los gustos de la metrópoli, que por cierto se benefició del talento creativo de la dramaturga cubana Gertrudis Gómez de Avellaneda, que vivió gran parte de su vida en España. Estas frecuentes giras teatrales implantarían, por otra parte, los gérmenes de sus dos grandes géneros cinematográficos futuros: la comedia y el melodrama. Uno puede imaginarse fácilmente a don Leonardo Buñuel –padre del genio surrealista- frecuentando las funciones ofrecidas por sus compatriotas sobre los escenarios. Y al referirme a la riqueza cultural autóctona, no puedo pasar por alto la contribución fundamental de músicos como Ignacio Cervantes (1847-1905), José White (1835-1918), José Marín Varona (1859-1912) y del imprescindible Ernesto Lecuona (1896-1964), a quien tantas veces recurrirá el cine sonoro. Lee el resto de esta entrada

NEOANALFABETISMO, NUEVAS TECNOLOGÍAS Y CULTURA EN CAMAGÜEY (2)

¿Qué significa pensar las nuevas tecnologías, ya no desde un país subdesarrollado como Cuba, sino desde una de sus provincias?, ¿qué importancia podría tener pensar esas tecnologías modernas cuando, en principio, deberían cavilarse críticamente otras cuestiones más perentorias para el cubano de a pie?, ¿tiene sentido en un contexto como el nuestro una mirada a lo ultramoderno, cuando nos quedan pendientes resolver no pocos desafíos modernos (y, algunos, ni siquiera modernos)?; ¿acaso la no solución de los viejos problemas no condiciona el fracaso de todo lo que se asome al presente?

En realidad, del problema de las nuevas tecnologías ya no escapa a estas alturas ningún cubano. No importa si se vive en La Habana, Madrid, Miami, Camagüey, o Sibanicú. Ni siquiera importa que se les considere una cosa ajena e innecesaria. Aunque no la percibamos del mismo modo, todos formamos parte de eso que Manuel Castells ha llamado “la sociedad red”. Cierto que, ya sea desde la perspectiva de los usuarios, o de quienes proveen tecnológicamente a esa red, las dinámicas parecieran concentrarse en el mundo más desarrollado, pero el impacto va siendo global, impredecible, y brutal. Sobre todo en lo que se refiere a las inminentes exclusiones sociales.

No hay que olvidar, sin embargo, que la llamada “brecha digital”, que desde el punto de vista tecnológico existe (basta comparar la velocidad de conexión de la sala de navegación de la UNEAC en Camagüey, con la del cibercafé más precario de la Gran Vía), estaría más bien marcada, siguiendo con Castells, por “la capacidad educativa y cultural de utilizar Internet”.

¿Hasta qué punto los intelectuales camagüeyanos con acceso a Internet (hablo concretamente de los que pueden conectarse desde la UNEAC) tienen conciencia de las múltiples posibilidades que les brindan estas redes de redes?, ¿cuánto, por desconocimiento o subestimación, no estarán desaprovechando?, ¿será válido seguir culpando al subdesarrollo de toda la inercia intelectual que se asocia a este fenómeno en el territorio?

A los amigos del espacio “La ciudad simbólica”, les recuerdo que precisamente de Neo-analfabetismo, nuevas tecnologías, y cultura en Camagüey estaremos hablando mañana, a las cinco de la tarde, en la Sala Nuevo Mundo. Los esperamos.

Juan Antonio García Borrero

ENRIQUE COLINA SOBRE “LOS BOLOS EN CUBA Y UNA ETERNA AMISTAD” Y SU NO SELECCIÓN PARA COMPETIR EN EL FESTIVAL.

Sucede que me han pisado un querido callo y como no me gusta soportar en silencio aquello que me duele y con lo que no estoy de acuerdo, aquí va un grito, no de vanidad herida, sino un reclamo de mayor rigor intelectual a la comisión de selección del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano. Pero, si a pesar de esta afirmación se cree o no que hago público este reclamo por una razón de ombliguismo, o por otra presunción de arrogancia estúpida, es algo que me tiene sin cuidado.

El occiso es un documental titulado, LOS BOLOS EN CUBA Y UNA ETERNA AMISTAD…, que no fue seleccionado por la comisión del festival para competir este año y pasó al recurso de consolación -la sección Hecho en Cuba-, concebida más para evacuar la producción nacional que se considera no apta estética -o políticamente incómoda-, para que compita en un festival de alta categoría, como este, de vocación artística y política, reafirmativa de su identidad cultural latinoamericana. Digo, más por esta razón que por la que se esgrime que la sección ofrezca una muestra del quehacer audiovisual en la isla, pues así se procura dulcificar y neutralizar la inclemencia del desengaño y el rencor de los eliminados. La exclusión del ámbito competitivo supone una pérdida significativa de resonancia pública, una suerte de censura blanda, como lo fué la que impidió que el año pasado compitiera en la categoría de ficción el filme, Memorias del Desarrollo, del realizador Miguel Coyula, y esto a pesar de los méritos que la avalaban artísticamente. Cuando solicité me informaran por qué el documental no podía competir, la respuesta fue, «porque a la comisión le pareció demasiado largo y había tantos documentales…» Indagué si podía existir alguna razón política y la respuesta fue negativa. Lee el resto de esta entrada

SANGRE, SUDOR Y SEMEN: MÁS DE JORGE MOLINA Y EL CINE CUBANO

Acabo de leer en el blog del cineasta Jorge Molina las respuestas que le concediera a la estudiante de periodismo Lidia Hernández Tapia. Le he pedido autorización para colgarla también en este sitio, cosa a la que ha accedido gustoso. Comparto con los lectores estas provocadoras e irreverentes reflexiones, que vienen a engrosar esta suerte de Molinoteca que hemos creado en Cine cubano, la pupila insomne.

JAGB

JORGE MOLINA: SEXO, VIOLENCIA Y LENGUAJE DE ADULTOS
Por: Lidia Hernández Tapia

El cineasta cubano comparte sus criterios sobre el Cine Joven y la renovación del séptimo arte en Cuba.

Sexo, asesinato, violencia, sangre, son las constantes en la obra del cineasta Jorge Molina. Surrealismo, horror, e incluso el hardcore se funden en sus filmes irreverentes, para hacerlo indiscutiblemente único en el panorama cinematográfico cubano de todos los tiempos.

Graduado de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV), inaugura con Molina´s Culpa (1992) una obra sólida y con un sello identitario, que la distingue del estilo oficialista. Sus producciones independientes, o alternativas a la industria, liberan un aliento provocador y desprejuiciado ante las zonas más perversas del ser humano. No siempre bien recibido por las instituciones oficiales, mal mirado tras la moralina y el extremismo, Molina se separa de la tradición realista característica del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), como el más claro exponente del llamado Cine Joven cubano.
Detrás de la cámara, o frente a ella, como productor o guionista, filmar es un acto de pasión y rebeldía (con causa), “una terapia para no matar a alguien”; porque como ha dicho el crítico camagüeyano Juan Antonio García Borrero, Molina no pertenece al Homo sapiens, sino al Homo cinematográfico.

-Mientras los cineastas cubanos prefieren contar historias más cercanas a su realidad, ¿por qué Molina hace un cine más fantasioso, menos realista?

Será porque me eduqué en un mundo de fantasía, leyendo a Dumas, Salgari, Verne, Jack London… todos tan cinematográficos. Mientras leía, visualizaba sus historias, estaban las historietas de Luís Lorenzo en Pionero, las de Kombey, Ronín (esa era de él y Juan Padrón), pero sobre todo las de Matías Pérez, eso de que lo secuestraran extraterrestres y después regresara como justiciero espacial, eran geniales.

Siempre he visto el cine como un lugar para soñar. Yo no quiero ver los problemas que tengo en mi casa, ni los de mis amigos. Para eso voy a la casa de al lado, de un amigo, le pregunto qué problema tiene y como puedo ayudarlo. No es que quiera ir al cine a evadirme, me refiero a sentir otras sensaciones, distintas de mi cotidianidad.
También pasa con las historias que se me ocurren. El día que se me ocurra una historia sobre la realidad inmediata, por supuesto que la voy a hacer. No me considero un realizador de un solo tipo de obra, puedo hacer una película sobre cualquier tema, así sea de de ballet o de Kung- fu, si tengo un guión que me enamore. Mi hija mayor me dice que haga una película para ella, y el día que se me ocurra la haré. Cuando estoy orquestando una historia que lleve implícito algo de la realidad, de pronto aparece un chorro de sangre de una cabeza, me salen cosas así, no es que las busque. Entonces todo lo real se va al carajo. Lee el resto de esta entrada

NEOANALFABETISMO, NUEVAS TECNOLOGÍAS Y CULTURA EN CAMAGÜEY

Hace poco sostuvimos en el blog una intensa polémica a propósito del post El perfecto neoanalfabeto. Para quien esto suscribe, el intercambio de ideas fue muy enriquecedor. Y también para algunos de los amigos que, acá en Camagüey, intentamos acortar (aunque sea un milímetro) la tremenda distancia que todavía existe entre el mundo de las nuevas tecnologías y el mundo intelectual en el territorio.

Con el fin de propiciar un espacio de reflexión y debate en torno a este fenómeno, estamos organizando para el próximo miércoles 23 de noviembre, en la sala Nuevo Mundo (como parte de las actividades previstas en “La ciudad simbólica”), un encuentro que tendría como fin, no la teorización en torno a Internet en el mundo de hoy, sino un análisis concreto del uso que (teniendo como superobjetivo a la cultura del territorio), se podría hacer del mismo en el Camagüey de este minuto. Esto quiere decir que nos interesa dejar a un lado los enfoques abstractos, para referirnos a lo que tenemos en este mismo instante a la mano: aquí y ahora.

Como “La ciudad simbólica” es un espacio auspiciado por la UNEAC de Camagüey, nos interesaría que esa tarde pusiésemos bajo lupa precisamente lo que sucede en ese Comité Provincial, y la relación que guarda su membresía con estas nuevas tecnologías (las cuales tienen al alcance de sus manos, y muchas veces no saben cómo utilizar, o sencillamente ignoran que existen). A tenor de ese interés, nos ha parecido interesante invitar también a la mesa de exposiciones a Oscar Casas, Webmaster del Portal Príncipe (Camagüey), y al periodista Lázaro David Najarro Pujols, quien compartirá algunas de sus experiencias como rector del blog Camaguebaxcuba.

Insistimos en que el objetivo del encuentro, más que encaminarse a lo abstracto, quiere dirigir su atención a lo concreto, formulando interrogantes que podrían ir por este camino: ¿cuánto de neoanalfabetismo funcional o tecnológico existe en el seno de la vanguardia artística del territorio?, ¿cuánto de responsabilidad por ese estado de cosas hay en este creador que tiene al alcance de sus manos las herramientas y apenas hace uso de ellas?, ¿en qué medida podrían trazarse estrategias inteligentes que permitan estimular en el territorio el uso de estas nuevas tecnologías, en función de una mejor promoción de la cultura camagüeyana?

Reiteramos la invitación: Sala Nuevo Mundo, miércoles 23, cinco de la tarde, los esperamos para hablar de “NEOANALFABETISMO, NUEVAS TECNOLOGÍAS Y CULTURA EN CAMAGÜEY”.

Juan Antonio García Borrero

CINE CUBANO, CINE LATINOAMERICANO

Ahora que se ha desatado la polémica alrededor del mediometraje Vinci (2011), debido a la queja pública de su realizador Eduardo del Llano, tras éste conocer que su película no fue seleccionada para competir por los premios del venidero Festival de La Habana, llegan a mi cabeza viejos fantasmas, viejas dudas.

No me interesa cuestionar la decisión puntual del Comité de Selección. Los organizadores del evento tienen todo su derecho a defender el perfil de lo que ellos entienden por “cine latinoamericano”, como derecho tiene Eduardo del Llano (o cualquier cineasta de Latinoamérica que no participe de ese rígido credo) a rebatirlos. Es de ese intenso cruce de ideas, y no de la aceptación mansa de un canon, que se podría contribuir a hacer realidad lo que en algún momento de la respuesta al realizador se invoca:

¨El Festival se propone reconocer y difundir las obras cinematográficas que contribuyan, a partir de su significación y de sus valores artísticos, al enriquecimiento y reafirmación de la identidad cultural latinoamericana y caribeña¨.

Lo que me gustaría retener de este desencuentro no son los aires de la anécdota, sino la visceralidad de esa disputa más profunda y atendible que Eduardo del Llano está planteando: ¿debe lo latinoamericano excluir lo universal? Si decía antes que esta polémica ha reanimado en mí viejos fantasmas, viejas dudas, es porque hace ya casi quince años escribí un texto donde intentaba reflexionar sobre este asunto que, al menos para mí, nunca ha estado del todo claro.

Me alegra que Eduardo del Llano, de modo provocador e inteligente, me empuje a revisar algunas de esas ideas, y me ponga a polemizar, no ya con los otros, sino con ese extraño que alguna vez fui yo mismo, y escribió todo eso que me gustaría replicar, matizar, o enriquecer en algunas de sus partes.

JAGB

POR UNA CRÍTICA IMPERFECTA (Fragmento)

(…) Y es que por este camino desprovisto de sobresaltos interpretativos, se termina por desaprovechar las posibilidades enriquecedoras del arte. Son muchos los temas o ideas sobre nuestra propia identidad cultural que aún esperan por la polémica útil. En su defecto, la crítica ha adoptado una posición cómoda, al admitir juicios que en su momento funcionaron a la perfección, pero que hoy (a la luz de las nuevas condiciones socioeconómicas que predominan en el mundo) bien que merecen revisarse. Por ejemplo: nuestra crítica en sentido general da por sentado que, efectivamente, aún existe un movimiento de Nuevo Cine Latinoamericano, cuando en verdad a estas alturas, el término tiene más visos de cliché que de convicción. ¿Cuál puede ser la novedad de un cine que asume la misma estructura narrativa de aquel que Glauber Rocha, Fernando Solanas, Tomás Gutiérrez Alea y otros, en un principio combatieron con un lenguaje (ese sí) novedoso y hasta experimental?, ¿cuál puede ser el aporte en ese sentido de una película como La bella del Alhambra o Fresa y chocolate? Pero por otro lado, ¿de qué identidad cultural se habla en el caso del cine latinoamericano actual, cuando aparentemente una película cubana no tiene mucho que ver con una argentina, o una mexicana con una brasileña? Lee el resto de esta entrada