Archivo de la categoría: DOCUMENTALES CUBANOS

El Congo 1960 (1961), de Fausto Canel

Acabo de introducir en la Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano (ENDAC) la ficha técnica del documental El Congo 1960 (1961), de Fausto Canel.

Lo hice de ese modo mecánico con que uno se encarga de mencionar títulos que pensamos han sido mero trámite dentro de las filmografías de sus realizadores. Y entonces me reencuentro con esta declaración que el propio Canel, realizador de Desarraigo y Papeles son papeles, me hiciera llegar en su momento cuando le pregunté por este documental:

De nuevo agitación y propaganda. Patricio Lumumba acababa de ser asesinado y la descolonización de África estaba en el aire. Lo que no se sabe es que el documental fue producido por Guillermo Cabrera Infante para el programa “Lunes de Revolución en Televisión”. Por eso la narración que se escucha sobre las imágenes fue escrita por Pablo Armando Fernández, entonces subdirector de “Lunes”. Luego el ICAIC decidió tirar copias en 35 milímetros para los cines. Pero enseguida se formó el titingó de PM (un corto también producido por “L. de R. en T”) y los nombres de Cabrera Infante y de Pablo Armando, hoy Poeta Nacional del Castrismo, desaparecieron de los títulos sin que el ICAIC me lo informase siquiera.

Esto me lleva a pensar, una vez más, en los desafíos que se le imponen al historiador del audiovisual cubano. Aun cuando sepamos que en nuestras aproximaciones al pasado no podemos despojarnos de las influencias que ejerce sobre nosotros ese presente desde el cual escribimos, hay que regresar a la época con el ojo cargado de inocencia.

Si, como afirmaba Gombrich, “la función del historiador no es juzgar sino explicar”, entonces será preciso que dejemos a un lado el interés positivista que solo repararía en este documental como una pieza única dentro de la filmografía de Canel, para asumirlo como parte de una red más compleja en la que, más allá de lo estético, se adivinan otras pugnas, otras relaciones.

Recordemos a Kracauer cuando afirmaba que “más que credos específicos, lo que las películas reflejan son tendencias psicológicas, los estratos profundos de la mentalidad colectiva que –más o menos- corren por debajo de la dimensión consciente”. Lo que quiero decir es que, al margen de lo que el cineasta Fausto Canel nos estaba proponiendo en su documental de modo explícito, una lectura sintomática nos permitiría rastrear otras tramas que se tejían en una dimensión mayor.  

Juan Antonio García Borrero


Ficha técnica

Título: El Congo 1960

Año: 1961

País: Cuba

Género: Documental

Formato: 35 mm

Tiempo: 10’

Color: Blanco y negro

Productora: ICAIC

Producción: Antonio Henríquez

Dirección: Fausto Canel

Texto: Pablo Armando Fernández

Fotografía: Material de archivo

Edición: Carlos Menéndez

Sonido: Departamento de Sonido del ICAIC

Sinopsis

Análisis de los acontecimientos ocurridos en el Congo desde su independencia hasta la muerte de Patricio Lumumba.

Nosotros y el jazz (2004), de Gloria Rolando

Las formas de la música. Artilugios estéticos de Nosotros y el Jazz (2004) de Gloria Rolando

por Carlos G. Lloga Sanz

Dpto. Historia del Arte / Universidad de Oriente

carloslloga88@gmail.com

A propósito de la celebración del Jazz Plaza en Santiago de Cuba (sub-sede del evento), tuvo lugar además el II Coloquio Internacional de Jazz “Leonardo Acosta in memoriam”. En esta ocasión, el programa académico incluyó la presentación del documental Nosotros y el Jazz dirigido por Gloria Rolando en el año 2004. La iniciativa de los organizadores sirve de motivación para examinar los valores del filme, realizado en el contexto del renacer del documental cubano en el nuevo milenio (Reyes, 2017), luego del descalabro del género provocado por el Período Especial en la última década del siglo anterior. El artículo se organiza en tres secciones. En un primer momento, se analiza cómo la película posiciona la identidad racial como clave asociada a la cultura del jazz. A continuación, se examinan las relaciones de género entre los personajes y, finalmente, se exploran los artilugios estéticos desarrollados por el filme. Con este trabajo, se aspira a fundamentar el vínculo entre el cine y la música como dispositivos centrales conformadores de gustos en la cultura del siglo veinte.

Nosotros y el Jazz se acerca a un grupo de ancianos aficionados a la música que se reúnen para bailar. Los protagonistas de esta historia son conocidos como “JG” Jazz Generation y Los Bailadores de Santa Amalia. El filme repasa sus motivaciones y los orígenes de su pasión. Esta no es una película sobre la impronta del jazz en Cuba, ni sobre los grandes instrumentistas y vocalistas nacidos en esta tierra. Es una obra sobre una banda de amigos que encuentran en la música una plataforma de comunión. Los 45 minutos del documental celebran una forma de asociación humana basada en el ocio, que se extiende poco más allá de las relaciones naturales de cada uno de sus integrantes. Es un filme sobre adolescentes de una era pre-digital, adolescentes septuagenarios. Lee el resto de esta entrada

Première en Camagüey del documental “Rumbatá” (2019), de Isabel Santos


Sé que esta noticia alegrará a los numerosos seguidores que tiene la agrupación liderada por Wilmer Ferrán: el próximo viernes 22 de noviembre, a las diez de la mañana, en el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo, la prensa podrá apreciar Rumbatá, documental realizado por la reconocida actriz Isabel Santos, y luego compartir con la directora y protagonistas de la producción.

Y ese mismo día, por la noche, el material tendrá su première en la Plaza de los Trabajadores, en una proyección pública que pondrá a la rumba en el centro mismo de la ciudad.

Asimismo, las personas con posibilidades de conectarse a la red El Callejón de los Milagros podrán descargar de modo gratuito información técnica del documental, fotos, reseñas, así como dos números musicales del disco más reciente de la agrupación.

JAGB

Los viejos heraldos (2018), de Luis Alejandro Yero

Las paradojas de la Cuba profunda

Por: Jorge Luis Lanza Caride

»Los viejos heraldos» (2018) es uno de los documentales que concursaron en la 40 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano en dicha categoría, tesis de graduación del joven realizador Luis Alejandro Yero en la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, obra que ha suscitado notables expectativas en el ámbito audiovisual cubano, incluso ha captado el interés de espacios mediáticos como Oncubanew y de otros medios de prensa.

Entre los escasos textos publicados sobre este documental el artículo de Dean Luis Reyes constituye un referente insoslayable, sobre todo por comenzar de la siguiente manera: ´´Tatá y Esperanza son dos ancianos que viven solos en un paraje aislado del campo. Tatá prepara un horno de carbón, mientras Esperanza se ocupa de las labores domésticas. Llevan una existencia marcada por los ritmos pausados de la subsistencia y por la espera. Su único vínculo con la realidad exterior es el televisor de su vivienda”.

Ese es el mundo que representa »Los viejos heraldos», cuya visibilidad mediática es posible que traspase los umbrales del Cine Infanta y el escenario del festival.

No olvidemos que entre las tantas limitaciones que padecen las producciones de los jóvenes realizadores en Cuba desde la creación de la Muestra Joven ICAIC en el 2001 se encuentran su escasa y casi nula distribución, espada de Damocles que afecta extraordinariamente una zona tan sensible de nuestra cultura, signo de una contradicción latente en el ámbito audiovisual: la producción de audiovisuales con una mirada crítica a nuestra realidad no ha coexistido al margen de esa gran industria que es el ICAIC, todo, lo contrario, ha sido el mismo ICAIC el promotor y auspiciador de esta forma de producción, es lamentable entonces que obras tan necesarias para reflexionar sobre problemas cruciales de nuestra sociedad como »Buscándote Habana», de Alina Rodríguez, »De Buzos, leones y tanqueros», de Aran Vidall, »Revolution», de Maikel Pedrero, »Camionero», de Sebastián Miló, »Hombres de cocodrilo», de Livan Magdaleno, »Melaza», de Carlos Lechuga, »El tren de la línea norte», entre otras que permanecen desconocidas para el público cubano, al develar realidades totalmente ausentes de los medios de comunicación oficiales, marginadas de los circuitos de distribución nacional: esos escasos cines que aún sobreviven en el país. Lee el resto de esta entrada

LOS MEJORES DOCUMENTALES DEL ICAIC

Hace unos días publicamos una parte de la consulta convocada por la Asociación Cubana de la Prensa Cinematográfica en el año 2008. Ya en aquel momento decíamos que toda encuesta siempre será en el fondo una gran provocación, pero ayudan a orientarse en medio de ese gran oceáno de imágenes y sonidos em que vivimos. Hoy compartimos la relación de documentales que los especialistas eligieron como los más destacados. (JAGB)

DOCUMENTALES CON MÁS VOTOS

NOW

(1965)/ 6’/ Director: Santiago Alvarez/ Montaje de noticieros y fotos sobre la lucha de los negros norteamericanos contra la discriminación racial (54 votos)

POR PRIMERA VEZ

(1967)/ 10’/ Director: Octavio Cortázar/ Las Unidades de Cine Móvil del ICAIC visitan un apartado lugar de las montañas orientales. Impresiones y opiniones de los campesinos de la zona que ven cine por primera vez (43 votos)

SUITE HABANA

(2003)/ 90’/ Director: Fernando Pérez/ Panorámica de uma ciudad en la que la multiplicidad de rostros y lugares se entrecruzan con las memorias de personajes anónimos. Seres sumamente peculiares que representan una curiosa diversidade de grupos sociales que viven en La Habana de hoy.  (38 votos)

COFFEA ARÁBIGA

(1968)/ 18’/ Director: Nicolás Guillén Landrián/ De forma novedosa y con un montaje experimental se aborda el cultivo del café, su proceso agrario e industrial (30 votos)

LBJ

(1968)/ 18’/ Director: Santiago Alvarez/ Sátira, a la vez que síntesis histórica y didáctica, de la violencia en los Estados Unidos, dada mediante los asesinatos de Martin Luther King, John y Robert Kennedy (18 votos)

VAQUEROS DEL CAUTO

(1965)/ 30’/ Director: Oscar Valdés/ El trabajo ganadero y los rasgos sicológicos de los hombres que se dedican a él dados a través de la vida de los vaqueros de la zona del río Cauto, en la provincia de Oriente.  (18 votos)

OCIEL DEL TOA

(1965)/ 17’/ Director: Nicolás Guillén Landrián/ Visión poética de los hechos y la vida a lo largo del río Toa. (17 votos)

CICLÓN

(1963)/ 22’/ Director: Santiago Alvarez/ El paso del ciclón Flora por las provincias de Oriente y Camagüey en octubre de 1963. Trabajos de salvamento y evacuación. (16 votos)

NOSOTROS LA MUSICA

(1964)/ 66’/ Director: Rogelio París/ La música, las canciones y los bailes cubanos más populares presentados en una mezcla de free cinema y revista musical. (15 votos)

HANOI MARTES 13

(1967)/ 34’/ Director: Santiago Álvarez/ La vida y la lucha por la libertad del pueblo vietnamita, partiendo del primer día en que comenzaron los bombardeos a la ciudad de Hanoi. (12 votos)

EL ÚLTIMO BOHEMIO (2016), de Carlos León

miguel-escalona

Ayer un grupo de personas nos reunimos en el Complejo Audiovisual Nuevo Mundo para ver El último bohemio (2016), documental de Carlos León que aborda la figura del trovador camagüeyano Miguel Escalona (1949- 2001).

Hay que agradecerle al cantautor Silvio Rodríguez la iniciativa. Definitivamente Camagüey tiene en el juglar uno de los más efectivos promotores de sus principales valores. No solo estoy hablando de que bastaría escuchar los primeros acordes de “El Mayor” para pensar de inmediato en este región cubana, sino que en varias ocasiones Silvio ha hablado en público de personalidades agramontinas, como el escritor José Rodríguez Lastre (Nikitín), que lamentablemente no alcanzan en nuestro medio toda la visibilidad que se merecen.

Es bueno que, de pronto, el mapa cultural de Camagüey se esté expandiendo gracias al audiovisual: me refiero a esas acciones cinematográficas que van recuperando a protagonistas relegados por diversas circunstancias a las sombras. Pensemos en Severo Sarduy, rescatado por Oneyda González y Gustavo Pérez. ¿Cuánto terreno no queda aún por explorar?

En el caso de El último bohemio, digamos que los objetivos estaban bien claros en términos audiovisuales: traer ante nuestros ojos el legado de un creador que durante un buen tiempo inyectó vitalidad a nuestro panorama cultural. La evocación que dentro del filme hacen los amigos se agradece, porque nos ayuda a humanizar a una figura que en vida fue controvertida, irreverente.

Confieso que gracias al documental pude recuperar a un Miguel Escalona que se me había quedado en la memoria con una tonalidad más bien única, amable. Tuve la suerte de conocerlo hacia el final de su vida, de escuchar su trova con trago y sin trago. Y no sé por qué siempre que lo evocaba terminaba imponiéndose la imagen del trovador bonachón, todo el tiempo abierto a las bromas, con el respaldo de su inseparable guitarra.

Nada sabía de su pasado “incómodo”. Esa canción dedicada al Festival de la Música Popular del año 70, a la que Silvio Rodríguez alude en el documental, para mí era sencillamente impensable en su repertorio. Trato de imaginar un canto como esa en una fecha como aquella, y me erizo. Como lamento ahora no haberle preguntado a Escalona sobre esa época vivida, sobre sus encontronazos con el pensamiento sectario, y sobre todo, sobre su resistencia….

Ojalá que El último bohemio nos permita abrir ventanas a un mundo que permanece ignorado en Camagüey, sumergido. Y sobre todo que nos devuelva al Escalona que a través de la música, nos hablaba de su inmenso amor a la vida.

Juan Antonio García Borrero

HOY, EN NUEVO MUNDO, “CALALÚ” (2016), de Alberto Santos

Hoy 28 de diciembre, Día de los Inocentes, el cinematógrafo Lumiére cumple un nuevo aniversario de su aparición pública. Y en Camagüey lo estaremos festejando con la segunda parte de la Cibertertulia “El Callejón de los Milagros”, hablando de lo sucedido en el recién finalizado Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana.

calaluAsí que nada mejor que proyectar y debatir el documental Calalú (2016), de Alberto Santos, con guión de Yanetsy León. Una historia conmovedora que nos introduce en un universo mágico, natural, que a muchos (acostumbrados al urbanocentrismo) pareciera que ya no existe.

Ayer en Nuevo Mundo, a propósito de la proyección de Severo secreto (2016), un grupo de amigos comentábamos la importancia de la mirada documental a la hora de preservar la memoria histórica de la nación. Pero no se trata, obviamente, solo de mirar al exterior. También hacia el interior de la nación permanecen en las sombras determinados actores que contribuyen a darle unidad a esa identidad nuestra en permanente construcción.

Calalú se asoma de un modo poético a una de esas zonas de la Cuba sumergida que no suele aparecer en nuestras conversaciones más habituales. Y nos humaniza a ese “otro” que los turistas visitan de un modo apresurado y superficial, regresando a sus respectivos países con la imagen del descendiente de aborigen que aún puede localizarse en Cuba.

Una gran suerte que los cinéfilos camagüeyanos podamos despedir el año 2017 con este regalo hecho precisamente en Camagüey.

Juan Antonio García Borrero

ENTREVISTA CON ERNESTO SÁNCHEZ, DIRECTOR DE “HÉROE DE CULTO”

Formé parte del jurado que evaluó las obras que concursaron en la pasada Muestra Joven del ICAIC. No creo ser demasiado indiscreto si digo que Héroe de culto fue el material que desde el inicio de su proyección nos puso a todos los miembros en un mismo estado de ánimo. Y por unanimidad se le entregó el Premio al mejor documental.

Pero más allá de los premios, que siempre será algo muy discutible, a mí el material me interesa porque es capaz de mostrar continuidad en los jóvenes, de esa tradición crítica que los fundadores del ICAIC supieron inyectar a la producción del momento.

En el caso de este documental, hay una conexión directa con aquello que Titón hacía en La muerte de un burócrata, cuando al inicio de la película nos mostraba la mecanización del culto al héroe, la cual terminaba implicando la muerte del personaje que desencadena todo lo que ocurre en el filme.

Este es un asunto que lejos de perder vigencia, sigue haciéndose más crítico, como recientemente anotara en este mismo blog. Que un joven realizador como Ernesto Sánchez haga uso de su cine para llamar la atención sobre ello me parece sumamente estimulante. Comparto ahora la entrevista publicada en El Caimán Barbudo.

JAGB

PD: El trailer puede verse aquí.

ERNESTO SÁNCHEZ: DEL HASTÍO A LA PASIÓN

Por: María Antonieta Colunga

Ernesto Sánchez director Heroe de cultoCon apenas seis o siete años, Ernesto Sánchez tenía una opinión radical respecto al cine: “Me parecía una cosa muy aburrida”. Ser el hijo de su padre, el realizador cubano Jorge Luis Sánchez, lo había llevado a conocer el mundo audiovisual de afuera hacia dentro, empezando por las tripas: “tengo flashazos en la memoria de haber estado en los sets de filmación de Hello Hemingway y El verano feliz de la señora Forbes; pero eso de ver cómo repetían tomas y más tomas; mira, yo era un niño, y estaba para jugar y hacer bulla. La verdad es que aquello me resultaba muy tedioso.”

Su repulsión por las películas (o por la realización de estas), lo llevó al punto de perderse, “sin miserias”, el rodaje de la escena de Madagascar en que Fernando Pérez muestra una Habana abierta de brazos desde lo alto de sus azoteas. “Yo venía de la escuela y veo que hay como una revolución formada, varias cámaras en lo alto de mi edificio. Qué va, me fui huyendo de aquel lugar. Quizá ahora te diga que me arrepiento, pero en aquel momento estaba plenamente convencido de que… no estaba pa´ eso”.

Pero por suerte, al niño crecido le dio luego por ir al Chaplin, y en la inmensidad sin límites de lo oscuro descubrió, sin costuras, esa imagen última, el significado final de tantos “¡corten!”. Entonces se desató una sed insaciable por ver películas, por conocer y entender; y vinieron los estudios en la FAMCA, la asistencia de dirección y la realización de obra propia. Lee el resto de esta entrada

LA PELÍCULA (2015), de Janis Reyes y Colin Costes

De haber tenido algo de tiempo me hubiese gustado iniciar un intercambio con el crítico Antonio Enrique González Rojas, a propósito de este artículo que escribe sobre el documental La película (2015), de Janis Reyes y Colin Costes. Estoy de acuerdo en que el crítico no debe ser un censor, mucho menos en esta época en que lo trash, gracias a Youtube y sucedáneos, casi que figura como una virtud a la hora de la recepción.

El crítico (y el documentalista) debe examinar el fenómeno (el que sea) con naturalidad, pero yo creo que también debe hacer uso de ese papel donde le toca iluminar zonas asociadas a la responsabilidad del cine (más el documental), más allá de lo hedonista.

Yo no le pediría a las realizadoras un sermón en cuanto a esto, pero sí más elementos para entender en su complejidad el fenómeno. De todos modos, lo que pienso en cuanto a la película ya lo expresé en su momento aquí. Ahora lo ideal sería que otros propiciaran un buen debate alrededor del asunto.

Juan Antonio García Borrero

A CUBAN MOVIE O EL MAKING OF DE UN EXORCISMO PSICOSOCIAL

Por: Antonio Enrique González Rojas | 3 de mayo de 2016

la pelicula documentalUno de los muchos desfases entre mi palmarés personal de la 15 Muestra Joven ICAIC y las decisiones del jurado oficial es el documental La película (Janis Reyes y Colin Costes, 2015). Resulta una suerte de enjundioso making of del filme (muy) independiente cubano Corazón cubano (2014), que fue rodado durante más de un año por un grupo de habitantes del barrio de Jesús María, y luego distribuido por canales (muy) alternativos. Sobre todo, estuvo destinada al cosmos barrial de sus creadores, donde gozó de enorme éxito, redundante sobre todo en la legitimación social de estos y —como testimonian ellos mismos—, en su reivindicación social.

Inevitablemente, La película conecta en intención y concepto con el ya clásico de la documentalística mundial American Movie (Chris Smith y Sarah Price, 1999), largometraje que sigue el espinoso pero pintoresco camino vital y fílmico (elementos que se funden por completo) del white trash centrosureño estadounidense Mark Borchardt, en su empeño por filmar su corto de terror Coven (Aquelarre), con el que a su vez financiará su largo Northwestener, de semejante género. Sujeto marginal, pobre, desconocedor casi absoluto del cine, tanto en lo técnico como en lo artístico, está movido solamente por un tesón admirable que durante más de una década de su vida lo guía para conseguir su propósito. Creador que pudiera clasificarse como naif, paso a paso redescubre el arte fílmico, lo crea desde el cero casi absoluto. Nunca vemos su obra, apenas algunas secuencias. Pero no importa, pues el proceso y su personalidad se convierten en los ejes de interés del documental de marras. Y sobre todo, la pasión. Lee el resto de esta entrada

MARINA (2015), de Haliam Pérez

Este documental que ahora reseña en IPS la estudiosa Mayté Madruga compitió en la pasada Muestra Joven del ICAIC.

MARINA: ENTRE FAMILIA, EMIGRACIÓN Y PATRIA

La construcción de la madre a través de la mirada de un extraño.

Por Mayté Madruga Hernández

cine-documental-marina-583x388Marina, largo documental presentado en la Muestra Joven ICAIC 2016, no puede ser descrita con tema generales y generalistas. Si se fuera a hacer este ejercicio se diría que es un largo sobre la emigración, sobre la Patria, o sobre la memoria.

Ópera prima de Haliam Pérez, convergen en el material su familia devenidos en personajes: su abuela, Caridad Marina Pérez; su tía Odalys Pérez; y sus tíos Jacinto Pérez y Arturo Pérez.

La mirada de este documental inevitablemente se convierte en la mirada de Haliam no solo por la relación intrínseca establecida entre los dispositivos cinematográficos referentes a la dirección y a la cámara, sino porque realmente Pérez no mira a una familia cualquiera sino a la suya, y aunque esta subjetividad queda declarada desde el mismo principio del audiovisual, la misma se le escapa al propio realizador, que aunque no aparece en cámara, propiamente dicho, se torna así mismo en personaje a analizar.

No es un recurso original, ni inexplorado, que el cineasta se convierta en personaje de lo que filma. Pero en Marina la relación establecida entre cámara y director toma ciertamente matices aún más tristes. Los personajes de los documentales suelen reaccionar ante la cámara de diversas maneras, pero lo más usual es que se empoderen e intenten exponer sus puntos de vista o incluso sacar beneficios, cuando el material adquiere cariz de denuncia; o que se intimiden por esta y representen una realidad ideal. Este vendría siendo el último caso para los personajes de Marina, quienes aparentemente recrean una “normalidad” ante cámara, pero más avanzado el metraje se muestra que la representación no es solo para el dispositivo fílmico, sino para el director/familiar/personaje. Lee el resto de esta entrada