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Juego con Gloria (1989), de Teresa Ordoqui

La actriz Katerine Sobrino

Una de las categorías que hemos creado dentro de la ENDAC es la del “cine inconcluso”. En sentido general, las Historias del cine construyen sus respectivos cánones sobre la base de lo que pudiéramos llamar “la metafísica de la presencia fílmica”.

Solo se habla de lo que se ve, de lo que llegó a concebirse como algo realizado. O lo que es lo mismo: de lo que ha llegado a la pantalla y recibe elogios o críticas; es decir, eso que está a la mano es lo que llamamos cine cubano.

Sin embargo, más allá de lo que la crítica asimila a través de sus ojos, permanece intocado un mundo en el cual aparecen y desaparecen determinadas fuerzas y tensiones, que también están definiendo la suerte final de esa cinematografía que se evalúa. De modo que una Historia del cine cubano inconcluso probablemente explicaría, a través de lo sintomático, lo que ha estado pasando en la sociedad, aunque rara vez haya aparecido como noticia en los periódicos.

Cabe advertir que por cine inconcluso no estaríamos hablando, necesariamente, de cine censurado. Puede coincidir, como fue el caso de Cerrado por reformas, el filme que en 1995 Orlando Rojas comenzó a filmar y que una decisión ejecutiva del ICAIC decidió “aplazar el reinicio del rodaje”, si bien sabemos que ese aplazamiento significó desaprobación oficial. Es decir, puede darse este tipo de caso, pero también los proyectos inconclusos de cineastas (como “los filmes que no filmé” que Titón le describía a Silvia Oroz en un libro aún memorable).

Hoy traemos al blog Juego con Gloria, uno de esos filmes inconclusos, que comenzara a rodar en 1989 Teresa Ordoqui, quien dos años atrás había entregado la aclamada Te llamarás Inocencia (1987), una de esas películas cubanas de culto que, paradójicamente, brillan por su ausencia en las encuestas que abordan lo mejor del cine cubano de todos los tiempos.

En este blog hay una excelente entrevista concedida por la cineasta a la investigadora Danae Diéguez, donde ella explica lo sucedido con Juego con Gloria, una cinta que contaba con un guión escrito, entre otros, por Abilio Estévez:

Teresa Ordoqui: Te llamarás inocencia se filmó en el 87 pero se estrenó en el 88, en el 89 iba a hacer Juego con Gloria, que era una obra bastante ambiciosa, diría yo, pues introducía a la poesía cubana como eje. El argumento era: una mujer que vive en una casa en Cienfuegos, que tiene una hija, y ellas se construyen un mundo imaginario en el que se disfrazaban, utilizaban todos los personajes de la cultura cubana y se leían todo aquello. Eran… cómo te diré… activistas de la cultura dentro de su casa y a partir de ahí se crean un mundo maravilloso. La madre muere y ella va a vivir a casa de una tía que era todo lo contrario, era lo elemental, comes, te bañas y aquí no existe más nada. Entonces ella se siente reprimida, hablaba con el espejo donde veía a su madre, porque necesitaba comunicarse con la única persona que la había entendido. Y después hay un poeta que ella conoce… había una secuencia del solar, estaban toda una serie de músicos cubanos, poetas, artistas plásticos, algunos no bien vistos en ese momento. Y había una pared con Los Beatles, estaban poniendo cosas de los Beatles… En fin, era una historia muy compleja pero que trataba los tópicos de la cultura en la coyuntura de ese momento, y no porque fuese un tema coyuntural sino un tema que yo creo que había que tratar de todas maneras. Pero bueno, no se me permitió continuar, filmamos unos minutos y hasta ahí llegó.

Danae Diéguez: ¿Y era un guión original suyo?

Con Abilio y con Raúl García Riverón y con Jorge Alonso Padilla, Laura Fernández… éramos cinco, hicimos el guión, se aprobó, comienzo el rodaje y después, misteriosamente, un buen día, me detienen el rodaje. Eso para mí fue durísimo, entonces ya no presenté más ningún proyecto.

Yo había presentado otro proyecto con Raúl que se llamaba La hoguera de los tomeguines, se trataba de personajes que interpretaban los mismos actores en tres tiempos diferentes, tres épocas diferentes, y ese tampoco fructificó. Y entonces vi que la cinematografía había muerto en la televisión, desgraciadamente, se habían hecho proyectos muy interesantes y había un equipo muy profesional.

Aprovecho la oportunidad para una vez más contar una anécdota, que me reafirma las posibilidades colaborativas que brinda el trabajo en red, si nos proponemos enriquecer nuestra Historia del audiovisual cubano.

Sucedió que cuando hace algún tiempo hablé por primera vez en Facebook de Juego con Gloria, recibí de inmediato un comentario público de Ángel Segundo González González, quien se desempeñara en el equipo como asistente de cámara.

La foto que nos hizo llegar muestra a Teresa Ordoqui preparando una de las escenas en la locación de Cienfuegos donde tenía lugar el rodaje, y el comentario con que acompañaba el envío es tan hermoso que siempre que hablo de esto decido cerrar con él: “Formé parte del equipo de Juego con Gloria como asistente de cámara y conservo algunas fotos de la experiencia. Trabajar con Teresita, a quien conozco desde niño y quien tenía una gran amistad con mi padre, Gaspar González, creador de Chuncha, fue algo bien especial”.

Juan Antonio García Borrero

En la foto Teresa Ordoqui, Raúl García (director asistente), Pedro Arias (iluminador), Katina Batet y Katerine Sobrino, actrices. Locación: cementerio de Cienfuegos. Foto: cortesía de Ángel Segundo González González.

ALEJO CARPENTIER SOBRE GLORIA SWANSON EN LA HABANA

Estamos a punto de comenzar a vivir una semana “histórica”, cargada de sucesos que, aún sin haber acontecido, ya están pesando en nuestro horizonte de expectativas colectivas. La visita de Obama, el anunciado concierto de Rolling Stones, el juego de pelota de la selección nacional con los Tampa Bay en el Latinoamericano, parece demasiado para una islita que se verá expandida a lo largo y ancho del planeta, gracias a esos medios que se encargarán de hacer “telerrealidad” con nosotros durante estos días.

Tendremos que estar alertas, pues, ante el riesgo de otro espejismo provocado por las ilusiones que estimula un foco empeñado en iluminar apenas una zona del escenario. En casos así, parece inevitable pensar que la vida se reduce a esas grandes crestas donde, por unas horas, vivirán los elegidos, o los que tengan la suerte de estar próximos a los eventos.

Sin embargo, desde hace ya casi un siglo la buena fenomenología nos viene invitando a intervenir en la realidad de un modo menos ingenuo. Y a percibir nuestra parte más auténtica (la parte auténtica del individuo que queda después de tantos fuegos artificiales) con el fin de sentirnos protagonistas, y no meros espectadores. En tal sentido, la práctica cultural puede ser la vía que mejor nos permite realizarnos en ese plano.

La Habana vivirá esta semana que entra eventos políticos de gran trascendencia, pero mi tesis es que muchas de esas decisiones ya habían sido modeladas con la impronta que deja en el día a día la cultura, con todos esos intercambios simbólicos que están más allá de las ideologías o las fechas puntuales. Y La Habana, como gran ciudad que es al fin, ha sido un espacio privilegiado donde desde siempre han tenido lugar esos canjes.

Ahora es Rolling Stones, pero ayer fue Gloria Swanson, por mencionar un nombre. Los nombres propios importan poco para lo que trato de explicar. Para mi hijo, Mick Jagger es un ilustre desconocido, y la Swanson mucho más. Sin embargo, lo que cuenta son los mundos que la presencia de estas figuras pueden desatar en eso tan inefable que llamamos “nación”. Quiero decir, mundos secretos donde se anulan las leyes públicas, y lo que rige es la ensoñación y la fantasía entendida como libertad creadora. Lee el resto de esta entrada

Para presentar a Teresa Ordoqui

Foto de Germán Puig. Cortesía de Teresa Ordoqui.

Llevo como dos años pidiéndole a Teresa Ordoqui el currículum para armar su página en la ENDAC. Pero siempre me dice lo mismo: que lo perdió todo en La Habana. Creo que, al margen de la veracidad del incidente, Teresa es demasiada modesta. No le preocupa en lo más mínimo que su nombre figure en las enciclopedias ni en los libros. Lo suyo es amar la cultura, el arte, y promoverlo. Y me parece bien.

Pero sucede que Teresa tiene una hoja de vida que no es cualquier cosa. Ella entró con apenas veinte años al ICAIC y formó parte del Departamento de Dibujos Animados en aquel año fundacional. Y una vez en los Estudios Cinematográficos de la Televisión Cubana codirigió, junto a Reinaldo Alfonso, aquel animado que forma parte de la banda sonora de todos los niños que crecimos en los sesenta: Marinero quiero ser.

Y si eso fuera poco, es la directora de uno de esos filmes bisagras que tiene el cine cubano: Te llamarás Inocencia, una cinta pionera a la hora de mostrar el desnudo femenino en la televisión, aunque no es este, a mi juicio, su único, y mucho menos, principal valor.

Después que le suspendieran de modo arbitrario el rodaje de Juego con Gloria (con guión escrito, entre otros, por Abilio Estévez), Teresa comenzaría a dirigir Andar La Habana, otro programa televisivo cuya memoria es difícil borrarla de nuestra cabeza.

Tanto le di, que por fin Teresa me ha ayudado a poner lo básico de su página, y me ha enviado estas dos fotos espléndidas que le hiciera otro grande de la cultura cubana: Germán Puig.

Creo que faltan muchas cosas por decir, pero al menos, es mejor que nada. Y tal vez ayude a que los más jóvenes busquen lo realizado por Teresa Ordoqui.

Juan Antonio García Borrero

Página en la ENDAC: https://endac.org/encyclopedia/teresa-ordoqui/

TERESA ORDOQUI

(n. La Habana, 1 de noviembre de 1939). Realizadora de cine y televisión. Tomó clases de Cerámica con el Dr. Rodríguez de la Cruz en su Taller de Santiago de las Vegas, y estudió pintura en la Academia de San Alejandro. A finales de 1959, con apenas veinte años, se incorpora al Departamento de Dibujos Animados del recién creado ICAIC, dado su interés por la pintura, y luego trabaja en Cámara de Animación. Más tarde pasa a trabajar a la Televisión, donde filmó numerosos documentales relacionados con importantes personalidades de la cultura cubana. Uno de ellos, dedicado a la figura de Nicolás Guillén, fue el primero en mostrar un desnudo femenino en la televisión cubana.

Debutó en la dirección de largometrajes con Te llamarás inocencia (1987), obteniendo de inmediato un reconocimiento casi unánime de la crítica especializada. En 1989 inicia la filmación de Juego con Gloria, que contaba con un guión co-escrito con Abilio Estévez, Raúl García Riverón, Jorge Alonso Padilla, y Laura Fernández, pero el cual fue suspendido sin dar explicaciones después de filmarse apenas unos minutos en la ciudad de Cienfuegos. A partir de ese momento dirige durante varios años el programa Andar La Habana. Desde el año 1997 reside en México.

Filmografía

1968: Marinero quiero ser, codirigido con Reynaldo Alfonso (Animación)

1978: 635 años de son (Documental, Estudios Cinematográficos de la TV Cubana)

1981: Palacio Aldama (Documental)

1982: Nicolás (Documental)

1987: Te llamarás Inocencia (Ficción, Estudios Cinematográficos de la TV Cubana)

1990: Juego con Gloria (Ficción, Estudios Cinematográficos de la TV Cubana, Inconcluso)


Fuentes

Danae Diéguez conversa con Teresa Ordoqui (Blog Cine cubano, la pupila insomne)

Te llamarás inocencia (1987), de Teresa Ordoqui (Blog Cine cubano, la pupila insomne)

El cine cubano y su Historia Pública (Blog Cine cubano, la pupila insomne)

Juego con Gloria (1989), de Teresa Ordoqui (Blog Cine cubano, la pupila insomne)

Foto de Germán Puig. Cortesía de Teresa Ordoqui.

EL CINE CUBANO Y SU HISTORIA PÚBLICA

Como los amigos saben, la Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano (ENDAC) es todavía un proyecto offline. Pero eso no ha impedido que a través del perfil que ya tiene en Facebook (https://www.facebook.com/Enciclopedia-Digital-Del-Audiovisual-Cubano), se hayan socializado algunos de los contenidos que se pueden encontrar en la misma.

Lo que viene sucediendo es muy estimulante, porque a través de esa vía han comenzado a llegar contribuciones importantes, y muchas de ellas, inesperadas. Pondré algunos ejemplos. Hace un par de semanas colgué una foto de Juego con Gloria, un filme que la realizadora Teresa Ordoqui (Te llamarás inocencia/ 1988) comenzó a realizar en 1990, apoyándose en un guión de Abilio Estévez, Raúl García Riverón, Jorge Alonso Padilla, Laura Fernández, y ella misma, y que tras filmarse algunos minutos con las actrices Katerine Sobrino y Katina Batet, fue detenida la producción.

Cuando subí las fotos comenté que eso formaba parte de una categoría que tendría la ENDAC y que he nombrado “Cine inconcluso”. Allí se podrá encontrar información, imágenes, enlaces a fragmentos de películas, etc, que ayuden a retener la memoria de eso que no alcanzó a realizarse, pero que formó parte de un proyecto creativo que estuvo en la mente de un realizador, o de un equipo. Quiere decir eso que no solo vamos a encontrar información sobre filmes paralizados por las decisiones políticas o administrativas del momento (Cerrado por reformas, 1995, de Orlando Rojas, por ejemplo), sino también proyectos acariciados por los autores pero que se quedaron en la fase del argumento o guión, como algunos de Titón (Inocencio Izquierdo, El alquimista, Für Elise).

Lo interesante es que una vez que subí las fotos de Juego con Gloria comenzaron a aparecer de inmediato diversos comentarios. Cito este enviado por Ángel Segundo González González desde Miami:

Formé parte del equipo de Juego con Gloria como asistente de cámara y conservo algunas fotos de la experiencia. Trabajar con Teresita, a quien conozco desde niño y quien tenía una gran amistad con mi padre, Gaspar González, creador de Chuncha, fue algo bien especial”.

Y acompañó ese comentario con una foto del rodaje donde se ve en el centro a Teresa Ordoqui intercambiando con el asistente de dirección Raúl García, y el luminador Pedro Arias, mientras las actrices parecen esperar el grito de ¡Acción! en medio del cementerio de Cienfuegos, que era la locación elegida.

No ha sido la única contribución recibida en la ENDAC. Desde Miami, Jorge Ramón me ha ayudado a completar su filmografía con información e imágenes, desde México Jorge Pucheux ha aportado fotos del mítico Departamento de Trucaje, mientras que por correo electrónico Ramón Berdayes me ha enviado en PDF sus memorias de lo que fueron los Estudios Cinematográficos de la Televisión y numerosas fotos, al igual que Carlos Padrón hablándome de los Estudios Cinematográficos que existieron en Santiago de Cuba, o Pavel Revelo las tesis que se han escrito en Camagüey abordando diversas instituciones teatrales y cinematográficas (Cine Casablanca, Teatro Principal, Avellaneda, Guerrero). Lee el resto de esta entrada

DANAE DIÉGUEZ CONVERSA CON TERESA ORDOQUI

Es probable que los lectores habituales de “Cine cubano, la pupila insomne”, recuerden aquella polémica que tuvo lugar en el blog, a propósito de la presencia femenina en el cine nacional. Presencia femenina no en cuanto a personajes, sino atendiendo a los roles de directora, responsable de la fotografía, dirección de arte, entre otras funciones que normalmente son asumidas por los hombres.

El debate estuvo animado, pero debo confesar que me quedé con deseos de escuchar una mayor cantidad de argumentos. No de opiniones, sino argumentos. En aquella ocasión sobraron las quejas, pero a veces daba la impresión que no pasaba del reproche de la hembra queriendo sustituir al macho. Digamos que me hubiese gustado un poco más de análisis alrededor de esas estructuras profundas que son las que propician que todavía hoy, muchas mujeres (si las dejan filmar) filmen de la misma manera que lo hubiese hecho un hombre.

Danae Diéguez pertenece a ese grupo de investigadores que, en nuestro país, pretende concederle a los estudios de género un alcance verdaderamente académico. Y ahora, con esta extraordinaria entrevista que le hace a la realizadora Teresa Ordoqui (recordada sobre todo por su filme Te llamarás inocencia/ 1987), y que pertenece a su libro aún inédito “Mujeres detrás de cámara”, nos regala una primicia de altos kilates.

Teresa Ordoqui, por su parte, estaría dentro de eso que alguna vez llamé “cine cubano sumergido”. Llegó a trabajar, incluso, en el primer ICAIC, pero ese detalle apenas se ha mencionado en los recuentos más recientes. Recuperar su nombre para que figure en el mapa audiovisual de la nación, deviene un deber elemental. Agradezco a Danae, entonces, por su regalo a los lectores del blog, o lo que es lo mismo, su complicidad intelectual.

Juan Antonio García Borrero

 

Teresa Ordoqui, directora de Te llamarás Inocencia: nosotros éramos el negocito de al lado.

Por Danae Diéguez

Esta es una entrevista realizada hace año y medio. Ya había revisado varias veces la copia de Te llamarás Inocencia (1988) película dirigida por Teresa Ordoqui  en los Estudios Fílmicos de la televisión, cuando tuve la oportunidad de entrevistarla. Creo que en el sentido de las relecturas incesantes que debemos hacerle al canon cinematográfico, estaría la de asumir una buena parte de la producción fílmica realizada fuera del ICAIC. Esta perspectiva nos ubica ante un grupo de películas que pudiéramos atender desde diferentes aspectos  que pondrían a dialogar a los contextos de producción y la relación de estos con el lenguaje y los modos de representación en temas como la raza, género, generación, entre otros muchos. En el caso de un filme como Te llamarás Inocencia, una de esas aristas estaría relacionada con el acceso de las mujeres a la dirección en el largometraje de ficción, fuera de la industria cinematográfica (ICAIC) y hasta dónde existe, o no,  una mirada femenina al abordar ciertas zonas de la representación, algo poco discutido en nuestro ámbito.

Teresa Ordoqui realiza su película en 1987 y se estrena para los televidentes cubanos en 1988. Después de Sara Gómez que en 1974 realizara su película De cierta manera, en el ICAIC, no habíamos tenido a una mujer detrás de las cámaras en la dirección de largometrajes de ficción. Siempre digo que este es un fenómeno a valorar en varias direcciones: el acceso de las mujeres a la dirección, un espacio habitado sistemáticamente por varones en el que la lectura no puede ser solo numérica, sino, y sobre todo, desde un análisis en el que intervengan relaciones de poder, anclaje de políticas públicas y el punto de partida de las mujeres como condición necesaria para el acceso a ciertos desempeños laborales y creativos;  la otra dirección, pero muy relacionada con esta, se encuentra en el desmontaje del texto fílmico: la mirada, los temas que se abordan, la conformación de los personajes femeninos en su relación con los masculinos, entre otros. Lee el resto de esta entrada

Esta larga tarea de aprender a morir (1987), de Diego Rodríguez Arché

Gracias a la colaboración del director de fotografía Ramón Berdayes, hoy podemos presentar la página que ya tiene en la ENDAC otra de las películas producidas por los Estudios Cinematográficos de la Televisión Cubana: Esta larga tarea de aprender a morir (1987), de Diego Rodríguez Arché. Agradezco una vez más a todos los que contribuyen a enriquecer esto que me ha dado por llamar “el cuerpo audiovisual de la nación”, y que se encuentra en permanente construcción.

ESTA LARGA TAREA DE APRENDER A MORIR

Año:

País: Cuba

Género: Ficción

Formato: 16 mm

Tiempo: 53’

Color: Color

Productora: Estudios Cinematográficos de la Televisión Cubana

Producción: Roberto Córdoba

Dirección: Diego Rodríguez Arché

Guión y adaptación: Diego Rodríguez Arché, basado en el cuento homónimo de Félix Pita Rodríguez

Fotografía: Ramón Berdayes

Música: Calixto Álvarez

Asesora musical: Gloria Torres

Edición: Mirta González

Sonido: Mario Martín Viaña

Ambientación: Santiago Sánchez

Asistentes de dirección: Isabel Echemendía, María Cristina Medina

Maquillaje: Mercedes Franco, Asela Lorenzo

Reparto: Gerardo Riverón, Mabel Roch, Ana Luisa Rubio, Mario Rodríguez, Amelita Pita, Esther Cardoso, José Antonio Coro

Sinopsis

Esta cinta, inspirada en el cuento homónimo de Félix Pita Rodríguez, repasa los momentos finales de la existencia de un hombre y los convierte en una atractiva trama de 53 minutos.

Como quien hojea un álbum de fotografías, este moribundo revisa los pasajes de su vida, se detiene a enjuiciarlos o a enjuiciarse a sí mismo. Así asistimos a la muerte lenta de los valores éticos y morales de un hombre gris que solo conoció el engaño a través de la relación con sus padres, con su amigo, con su esposa, ya que formó imágenes en ocasiones idílicas de los seres que le rodearon. Pero no es una víctima de esta farsa, es parte de este juego desleal, por su falta de valor para enfrentar la vida: sin ilusiones ni afectos decide tener un momento honesto consigo mismo: niega el viático religioso y con este el supuesto paso a una vida mejor, porque –como él mismo apunta- ha muerto desde hace mucho tiempo.

Esta historia, llena de lecciones sabias y justas reflexiones, es capaz de aprehender al espectador desde sus primeras secuencias.

Estudios Cinematográficos y de Televisión de las FAR (Catálogo de Filmes: 1961-1986)

Que yo recuerde, en las investigaciones sobre el cine cubano jamás se ha tenido en cuenta la producción de los Estudios Cinematográficos y de Televisión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, hoy ya desaparecidos. De hecho, cuando uno busca en Internet, hay poca información sobre esa área.

Existen varias razones que explican (no justifican), esta falta de interés crítico: lo primero es que el icaicentrismo ha sido dominante en todos los sentidos, y ha sumergido en las sombras todo lo que no es producción del ICAIC; lo segundo estaría vinculado al hecho de que para muchos lo único que merece ser estudiado académicamente es aquello que tenga relevancia estética.

En la Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano (ENDAC) intentamos reconstruir lo que hemos llamado el cuerpo audiovisual de la nación cubana. Eso significa que, como en todo cuerpo, más allá de la diversidad de funciones que puede encontrarse en el conjunto de órganos que lo conforman, es preciso asomarnos de un modo holístico al mismo.

Según el Catálogo de filmes producidos por los Estudios Cinematográficos y de Televisión de las FAR (1962-1986), del cual se ha obtenido la siguiente información, dicho centro productor fue inaugurado el 27 de diciembre de 1961, con la creación de la Sección Fílmica Del Departamento de Instrucción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Al frente de la misma fue designado el Comandante René Rodríguez Cruz, quien casi de inmediato organiza el Primer curso de Corresponsales de Guerra, con matriculados que provenían de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la Policía Nacional Revolucionaria, y las Milicias Nacionales Revolucionarias, y donde según el Catálogo mencionado:

Nombres y personalidades como las de Joris Ivens, Jorge Herrera, Héctor Veitía y René Depestre, encabezaron la plantilla de profesores de aquel primer curso.

(…)

Joris Ivens, documentalista holandés, autor de obras como El canto de los ríos y Carnet de viaje, esta última filmada en Cuba, utilizó como base de sus conferencias sobre el trabajo del corresponsal de guerra, toda la labor realizada por él y su equipo en la batalla de Jarama, en España, durante la guerra contra el fascismo. El poeta haitiano, René Depestre, actuaba como intérprete de Ivens que impartía sus conferencias en francés. Las clases de cámara estaban a cargo de Jorge Herrera, del ICAIC, maestro de camarógrafos y las clases de montaje, Héctor Veitía, también de ese organismo. Entonces no existían suficientes equipos. Las pocas cámaras, en la práctica docente, rotaban de un alumno a otro, entretanto, los demás “filmaban” con cámaras de madera, copiadas del modelo Bell and Howell. Lo que hoy parecía risible entonces constituían algo muy serio para los aprendices de corresponsales.

La cámara de madera, con el mismo peso de las originales, servía para adaptarse a las características funcionales del equipo y ganar tiempo para la práctica hasta tanto en la rotación pudieran utilizarse la cámara real. Los resultados de las filmaciones se debatían bajo la dirección de Joris Ivens y Jorge Herrera quienes señalaban los defectos y virtudes de las imágenes logradas en fábricas, mercados y otras locaciones en la Ciudad de La Habana”.

Lo que hoy estamos mostrando digitalizado y datificado es el Catálogo de filmes producidos por los Estudios Cinematográficos y de Televisión de las FAR (1962-1986). Lo de datificar el Catálogo no es gratuito. Por lo general se piensa que poniendo en soporte digital la información ya se está informatizando la misma. Sin embargo, datificar es otra cosa, en tanto lo que importa es conectar esa producción puntual con el todo que sería ese cuerpo audiovisual de la nación al que ya hemos aludido.

Por supuesto, como otras veces hemos mencionado, la ENDAC está proponiendo una Historia del audiovisual cubano que está en permanente construcción, y que, por ello mismo, apela a lo colaborativo. Faltaría completar la información en tanto aquí solo se llega hasta el año 1986.

La historia del cine es la única que puede llegar a tener su propia historia, porque es la única que posee sus propias huellas: se fabrican imágenes y quedan imágenes”, nos dijo en algún momento Jean Luc Godard. Pero, ¿qué pasa cuando esas imágenes producidas terminan siendo borradas de la posible Historia a contar?

Cuando uno lee las sinopsis del Catálogo, que las hemos dejado tal y como aparecen, porque también esa es otra manera de contextualizar el contenido, se descubre que también allí una lectura sintomática nos podría revelar la complejidad de lo que se estaba mostrando.

Juan Antonio García Borrero


Producción de la ECTV-FAR en orden cronológico (1962-1986)

1962: Si vienen quedan, de Antonio Ruiz

1962: Inspección de Batería de 57 mm, de Francisco Soto Acosta

1963: Aquel amanecer, aquel navío, de René Rodríguez Cruz

1963: Cinco puntos, de Víctor Buttari

1963: Comandante en jefe, ordene, de Antonio Ruiz

1963: Operación táctica con tiro real, de Romano Splinter

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SERGIO Y SERGUEI (2017), de Ernesto Daranas

Un pasado que todavía es presente

Por Jorge Luis Lanza Caride (Crítico de cine)

En la historia del cine cubano, pocos filmes han reflejado la angustia existencial y la incertidumbre social experimentada por el cubano en esos sombríos años noventa como Sergio y Serguei (2017), el más reciente largometraje de Ernesto Daranas (Los dioses rotos y Conducta), pues la mayoría las cintas realizadas por el ICAIC en ese contexto, salvo Madagascar (1994), de Fernando Pérez, permanecen en el olvido, dado el tratamiento intrascendente, no solo en lo temático, sino también en lo social.

La principal diferencia en cuanto al abordaje temático y estético de la crisis de los noventa entre algunos de estos filmes, incluyendo el citado título de la filmografía de Fernando Pérez y la más reciente película de Daranas es no apelar a un discurso hermético difícil de descifrar para el espectador medio, como suelen ser las cintas de Pérez.

Sin embargo, elude recurrir al típico tratamiento costumbrista y superficial cuya tendencia fílmica ha marcado y limitado en gran medida la cinematografía cubana de las últimas décadas. Daranas no prescinde de la metáfora reflexiva e inteligente en Sergio y Serguei, al entregarnos un filme divertido cuyas claves comunicacionales le valieron el premio de la popularidad en la 39 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Sergio y Serguei no es una cinta pesimista y derrotista en su abordaje de nuestras problemáticas sin dejar de ser divertida, seria y sobre todo profunda. A mi juicio, posee la virtud de cuando terminamos de verla nos deja más interrogantes que respuestas concluyentes.

Aunque centra su mirada en esos difíciles años, no se limita a radiografiar de manera satírica el cúmulo de avatares y penurias sufridas en aquel contexto. Lamentablemente, la mayoría de los filmes que han apelado a ese recurso para representar ese complejo período apenas son recordadas por el público cubano, tan exigente cuando se trata de su propia cinematografía. En esta cinta Daranas establece un acertado dialogo entre dos contextos tan cercanos en el tiempo: los críticos años noventa y la actualidad, ese nuevo milenio que ha prolongado muchas de las contradicciones y realidades de los noventa. No olvidemos la capacidad y vocación dialógica del arte en todas sus dimensiones. Lee el resto de esta entrada

VEINTE AÑOS SIN TITÓN

Una vez leí que quien se enoja con la crítica que le hacen es porque en el fondo sabe que se la merece. La cuestión no es disgustarnos con los señalamientos que nos hagan, porque humanos al fin, todos somos rehenes de nuestras limitaciones.

Al contrario, la grandeza de ciertos individuos está en poner a un lado la insignificancia de sus egos, para conseguir metas superiores que, inevitablemente, demandan de las alianzas, los debates, la interacción con los otros.

Leer este artículo en IPS no me ha enojado: me ha entristecido. Sobre todo porque pone en evidencia que nuestra política de conservación de la memoria histórica no es todo la sólida que uno quisiera.

Y no es algo nuevo que esté diciendo a raíz de lo que ahora se expone en el texto. En este mismo blog puede pincharse el post con los argumentos que en su momento expuse, cuando decidí renunciar a mi puesto en la Cátedra de Pensamiento Tomás Gutiérrez Alea que hay en Camagüey. Desde entonces, nada ha mejorado, e incluso corremos el peligro de que los treinta años de Nuevo Mundo, sede de la Cátedra, pase sin penas ni glorias, pese a tratarse de una institución emblemática dentro de la ciudad.

Honrar a Titón no significa recordarlo en el aniversario puntual de su muerte. Titón fue un gran líder de opinión, y es por eso que su impronta sigue siendo tan relevante. Las pretensiones de Mirtha Ibarra de crear un Centro de Documentación que ponga al alcance de los estudiosos toda la papelería del maestro no es un capricho: es algo que puede beneficiarnos a muchos de los que a diario pensamos la nación. De allí que en el pasado Congreso de la UNEAC se mencionara como algo a resolver.

En lo personal, agradezco que me inviten a Nueva York o México para hablar de Titón, pero no sé por qué siempre me queda la sensación de que en casa del herrero estamos usando cuchillo de shopping. Ojalá los que lean esto no se enojen, y entre todos pensemos en subsanar el olvido.

Juan Antonio García Borrero

VEINTE AÑOS SIN TITÓN

Sorprende el silencio que en Cuba se ha hecho sobre la obra de este grande del cine, al cumplirse el pasado abril los veinte años de su desaparición física.

Redacción IPS Cuba 24 junio, 2016

En abril se cumplieron veinte años de la muerte de quien fue quizás el director de cine más importante de la historia de esa manifestación artística en Cuba: Tomás Gutiérrez Alea, conocido también como Titón.

Sorprende el silencio con que en Cuba se ha dejado pasar esa fecha mientras que en otros lugares del mundo, especialmente en España y Estados Unidos, se le ha recordado como lo que era: uno de los cineastas más trascendentes de su país y de Latinoamérica, el hombre que exploraba y manipulaba la realidad para crear una obra que nunca fue complaciente ni estuvo inspirada en ningún modelo foráneo de realización, tan lejos de Hollywood y de sus propuestas simplificadoras como tan cerca de un realismo conflictivo y crítico, como correspondía a su particular poética del mundo.

Mientras filmaba una de sus películas más premiadas, Fresa y Chocolate, codirigida con Juan Carlos Tabío, manifestó: “Para mí el cine sigue siendo un instrumento valiosísimo de penetración de la realidad (…). El cine no es retratar la realidad simplemente. El cine es manipular. Te da la posibilidad de manipular distintos aspectos de la realidad, crear nuevos significados y es en ese juego que se aprende lo que es el mundo”.

Titón se inició en el cine en fecha tan temprana como 1948 filmando cortos humorísticos. De ahí quizás esa veta sardónica que recorre sus mejores comedias: Las doce sillas, La muerte de un burócrata o la que fuera su última realización, también en codirección con Tabío: Guantanamera. Lee el resto de esta entrada

DE MARINA OCHOA A GARCÍA BORRERO

Querido Juan Antonio:

No he tenido noticias sobre este escrito que te envié. Me alegro que no lo hayas colgado porque lo había hecho muy apresurada y estaba con defectos y elementos ajenos. Espero que no me censures por segunda vez. Sería hacer lo que te hacen. Reproducir los patrones contra los que estamos luchando.

No estuve en la Asamblea pasada porque tengo un grave problema pues el vecino de los bajos "empresario nuevo rico" casado con una extranjera que se cree que tiene a Dios cogido por la barba me alardea en tono de machote que no va a respetar lo legislado porque no le da la gana. O sea violar la constitución de Cuba que garantiza el derecho de todos los ciudadanos al agua potable. Yo comprendo que es muy difícil reparar una casa mientras se sigue viviendo en ella pero hay que tener cuidado de no sacrificar sus cimientos. Alerta con esta especie de NEP cubana y con ciertos extranjeros empoderados que provienen de sociedades donde la violación de las leyes es fuertemente sancionada y sin embargo actúan aquí con absoluto desprecio a nuestra legalidad y mirándonos como país por encima del hombro.

Hago alusión a esto no solo para explicar mi ausencia sino también para recordar el país tan difícil en el que queremos retomar el objetivo principal para el cual fue creado el ICAIC "hacer cine cubano, inconformista y técnicamente terminado" (Alfredo Guevara) y que queremos colocar en el centro de nuestro quehacer ya sea desde las instituciones o fuera de ellas, incluyendo outside Cuba.

Cuando llegué al ICAIC en 1974 vine recomendada por la presidenta de la UPEC de entonces, Julio García Espinosa necesitaba que sustituyera a Rolando Díaz en el Archivo Político de sonido por un año porque Rolando había logrado participar en un rodaje como asistente de dirección. Lee el resto de esta entrada