TE LLAMARAS INOCENCIA (1988), de Teresa Ordoqui

Como una manera de seguir contribuyendo a esto de concederle visibilidad a la mujer realizadora dentro del cine cubano, cuelgo ahora la poca información que tengo a mano sobre el largometraje “Te llamarás inocencia” (1988), de Teresa Ordoqui, que junto a “De cierta manera” (1974), de Sara Gómez, y “Ciudad en rojo” (2008), de Rebeca Chávez, se recuerda como uno de los escasos tres momentos en que una mujer se ha puesto al frente de un largometraje de ficción filmado en celuloide.

La cinta de Teresa Ordoqui se apoya en un relato de Miguel de Carrión, y en su época provocó cierto revuelo a partir del uso que hace del desnudo, en un medio tan tradicionalmente mojigato como es la televisión. La película fue producida por los Estudios Cinematográficos de la Televisión Cubana, y ganó Premio en el Festival de Cine para Televisión (Praga, Checoslovaquia) del año 1988. Los personajes protagónicos fueron interpretados por Aramís Delgado, Anabel Leal, y Lily Rentaría, entre otros.

Cuando preparé la “Guía crítica del cine cubano de ficción” seleccioné un fragmento de una crítica cuyo autor nunca pude precisar, pues la tomé de un recorte que conservaba en mi archivo personal, aunque lamentablemente mutilado. Las otras dos notas que conozco fueron publicadas en el diario “Juventud Rebelde” por Soledad Cruz (“La inocencia del desnudo”, 11 Agosto de 1988, página 11) y Héctor Zumbado (“Gracias, Teresa”, 20 Agosto de 1988, página 8).

Desde luego, lo interesante sería reencontrarnos con la cinta, pero eso, ¿dónde podría ser? Mientras, los dejo con un fragmento de la sugerente crítica que en su momento se escribió. Y ojalá que su autor lea este post, y me confirme su identidad, para poder darle el crédito merecido.

Juan Antonio García Borrero

Te llamarás inocencia contribuye a renovar la dramaturgia fílmica cubana de los últimos años. Su estructura, devenida caprichoso juego con el tiempo y el espacio, derriba convenciones sin arriesgar el hilo de la historia concebida por Gerardo Fernández, Raúl García Riverón y la propia Teresa Ordoqui. La edición de Margarita González resulta un alarde de pericia si advertimos que el entorno de los personajes apenas cambia y el ritmo es sostenido hasta el final. Pero si agregamos que Martínez Carmona con su fotografía roba a la luz para devolver la belleza sugerida por Carrión en sus líneas, transformadas esta vez en atmósferas que subrayan cada sutileza argumental, tampoco es difícil advertir cómo en este cuento el respaldo sonoro concebido por Juan Leyva se integra orgánicamente a la composición escénica y a los desplazamientos de cámara. Sin dudas, las manos que pudieron dar vida a cada elemento referido son conocedoras de su madeja y responden a una imaginación que por primera vez no conoció frenos. No hay por qué negar lo asimilado en el aprendizaje; detrás están Visconti, Karel Reisz, Tarkovski. También Solás y Tomás Piard como referencias más cercanas.” (¿?).

Publicado el septiembre 6, 2009 en LA MUJER EN EL CINE CUBANO. Añade a favoritos el enlace permanente. 2 comentarios.

  1. !Qué maravilla, Juany! Exactamente ayer estuve buscando información en Cinecubano y no aparece Teresa Ordoqui como una de las cineastas cubanas. Es triste, pero a la vez es feliz el hecho de que empiecen a salir estas cosas a la luz como en un segundo parto.

  1. Pingback: Para presentar a Teresa Ordoqui | cine cubano, la pupila insomne

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