UNA POLÉMICA Y ALGUNOS COMENTARIOS A PROPÓSITO DEL PERFECTO NEOANALFABETO

El pasado viernes el escritor Víctor Fowler me hizo llegar a través del correo electrónico sus primeras consideraciones sobre el post El perfecto neoanalfabeto, las cuales originaron entre nosotros un intercambio de puntos de vista. Como no tengo acceso al blog desde casa, y debía esperar a que abrieran hoy lunes la UNEAC, decidí circular esas ideas a través del email. Ello permitió que, en el transcurso de ese par de días, se sumaran otras reflexiones, como las de Esteban Morales y Abelardo Mena.   

Pienso que el tema merece este tipo de análisis y debate desprejuiciado, por lo que cuelgo las mencionadas reflexiones, e invito a aportar ideas que nos ayuden a entender un poco mejor este nuevo fenómeno asociado al desarrollo de las sociedades de la información y las nuevas tecnologías.

JAGB  

VÍCTOR FOWLER SOBRE EL PERFECTO NEOANALFABETO

Juany estimado, con El perfecto neoanalfabeto una vez más consigues entregar un post inquietante. En semejante espíritu de inquietud, me gustaría llamarte la atención sobre el reverso de algunas cosas que afirmas (o que, a mi entender, no rechazas con suficiente energía).

Primero debo decir que me pareció de pésimo gusto aceptar sin más que el “analfabetismo funcional” tenga como componente la “carencia del idioma que se universaliza en la red, el inglés”. En realidad son muchos los que consideran que la dominancia del inglés en la red no es un hecho casual, sino una muestra más de imperialismo lingüístico en contra del cual hay que luchar.

Supongo que te percates de lo horrible que es exigirle a un individuo pobre que desee ser aceptado como “alfabetizado” no sólo leer a Proust, Cervantes y Thomas Mann, sino además manejar una computadora (con cabal comprensión de sus posibilidades) y, para colmo, ser un usuario “funcional” del idioma inglés.

No sólo es horrible, sino muy tristemente burgués y entreguista, elaborado en obediencia a la utopía de un universo donde sólo es importante la comunicación corporativa (perdona, pero no hay mejores palabras).

Si lo anterior es negativo, peor aún ocurre cuando tú (exactamente entre las personas que con más fuerza entre nosotros clama por la extensión del uso de las nuevas tecnologías) olvidas lo que la tecnología, como tal, es, sus paradojas y caminos de desarrollo simultáneos.

Si bien, tal y como señalas, “es muy común encontrar personas que a diario tropiezan con los escollos que propicia adquirir un ticket para un concierto a través del ordenador, reservar vuelos económicos mediante el teléfono, rellenar los formularios para obtener un empleo que se oferta en la red, o trabajar “a distancia”, también es un hecho que la tecnología aspira a ser un conjunto de herramientas “utilizables” y por ello los programas o softwares (no uno en concreto, sino el abanico de los que puedan existir alrededor de un tema o acción) son diseñados para lo mismo llenar expectativas del usuario altamente profesional que para “allanar” el camino hacia los “cuasi-analfabetos” que se inician en el nuevo medio.

Lo tercero a comentar es lo extemporáneo de la siguiente frase, donde se trata como deseo abierto al futuro algo que ya existe: “Tomando en cuenta lo anterior, sería útil preguntarnos si no será hora de proponernos en el país lo que podría ser una segunda Campaña de Alfabetización”. Cuando se habla de impartir clases de computación en las escuelas cubanas es de eso de lo que se habla; otra cosa es si las tales clases son mejores o peores, los programas de estudio útiles o no, la dotación tecnológica en las escuelas, etc. ¿Para qué se introdujo esa nueva asignatura en las escuelas cubanas sino para la segunda Campaña de Alfabetización?

Al hablar de la retroactividad del analfabetismo tecnológico (el hecho de que quien no lo es hoy puede serlo mañana) los autores del diccionario definen el lugar de la sociedad desde el cual les interesa analizar el presente: “… el caso sufrido por miles de directivos de nivel medio a la hora de afrontar una renovación tecnológica en sus empresas”. Pero si bien es cierto y sumamente importante lo anterior, también es necesario recordar que un sanador, un griot, un cuentero, y muchos centenares de millones de personas en la humanidad encarnan un tipo de realidad que desborda los estrechos límites del manejar una computadora y leer comandos en idioma inglés.

A veces lo que pareciera más amplio y rupturista (el mundo de las nuevas tecnologías) es una camisa de fuerza limitante y que torna mediocre la imaginación.

Que el deseo de mayor cantidad y libertad en el uso de la computadora no nos lleve a adorar la tecnología como nuevo fetiche.

Víctor Fowler Calzada


RÉPLICA DE GÁRCÍA BORRERO A VÍCTOR FOWLER

Querido Víctor:

Agradezco la réplica que haces al post El perfecto neoanalfabeto. De eso se trata. De someter a debate todas las ideas, de recuperar la extraviada tradición que había en este país, donde era común encontrar en la esfera pública a dos o más intelectuales discutiendo con pasión y respeto entre sí, cuestiones que atañen a la comunidad, y no a un grupo o individuo en específico.

En tus reservas al texto en cuestión encuentro puntos legítimos, y otros que más bien provienen de una retórica sentimentalista que, a fuerza de reiteración, se le suele achacar a eso inefable que llamamos “izquierda”. Como a ambos nos interesa pensar la justicia social por encima del feroz “sálvese quien pueda” capitalista, supongo que yo también deba incluirme en esa zona del pensamiento social. La diferencia quizás esté en que, a estas alturas, veo de pésimo gusto (apelando a tu propia terminología) el uso y abuso demagógico de la palabra “pobre”, con el cual pretendemos describir mesiánicamente a un sujeto impersonal destinado a ser salvado gracias a nuestra buena conciencia. Como si la buena conciencia bastara para evitar el malestar de sabernos con mejor suerte que los excluidos, o los que no tienen nada.

Para empezar, me gustaría que desterraras de este debate esa terminología, porque como se anota en el post, “Este nuevo tipo de analfabetismo no distingue sexos, cargos o cuentas corrientes. Seguramente, ésta es su particularidad más llamativa pues, hasta hace bien poco, pobreza y analfabetismo se encontraban en relación de causa-efecto y, sobre todo, formaban un círculo vicioso del que era difícil salir. Sin embargo, las causas del nuevo tipo de analfabetismo pueden ser muy diversas y, al no ser tan evidentes ni tan conocidas como las del modelo clásico, pueden pasar desapercibidas tanto a los individuos como a las empresas e instituciones”.

No digo que nos olvidemos de los pobres. Solo pido que miremos de modo realista y crítico un fenómeno absolutamente nuevo que va más allá de esas configuraciones mentales a las que apelamos a diario, para pensar las estrategias que podríamos trazarnos como nación en este escenario inédito en el cual, un ciudadano sin demasiada cultura letrada, pero hábil con el uso de las nuevas tecnologías, puede llegar a desenvolverse en la vida de un modo más desenfadado que aquellos que se han cultivado en los recintos académicos más prestigiosos. Insisto en que el analfabetismo funcional “está muy ligado a la incomprensión de las nuevas tecnologías y de sus ventajas, no a la ignorancia de una de sus partes”, y eso es lo que marcaría la diferencia entre sujetos que, aún siendo pobres, intuyen las ventajas que podrían propiciarles el dominio de estas nuevas técnicas, y otros que, tal vez ricos y/o instruidos, se desentienden de algo que forma parte de la esencia de la época y permanecen en posiciones francamente reaccionarias.

Me inquieta que hayas interpretado que hago de la tecnología un fetiche ante el cual me arrodillo de modo dócil. Tal vez si lees de modo aislado este post, esa impresión sea inevitable. Pero si aplicaras una perspectiva de conjunto, sobre todo examinando las ideas discutidas en este sitio a lo largo de sus cuatro años de existencia, tendrías que arribar a otra conclusión. Digamos que en este sentido me siento bien próximo a la posición de Heidegger al comentar hace ya medio siglo, cuando todavía la revolución electrónica ni siquiera se insinuaba del modo en que hoy lo impregna todo:

“Para todos nosotros, las instalaciones, aparatos y máquinas del mundo técnico son hoy indispensables, para unos en mayor y para otros en menor medida. Sería necio arremeter ciegamente contra el mundo técnico. Sería miope querer condenar el mundo técnico como obra del diablo. Dependemos de los objetos técnicos; nos desafían incluso a su constante perfeccionamiento. Sin darnos cuenta, sin embargo, nos encontramos tan atados a los objetos técnicos, que caemos en relación de servidumbre con ellos”.

Creo que lo interesante sería comenzar a pensar y discutir esa relación de servidumbre que inevitablemente se ha entronizado en nuestra cultura, más allá de las posiciones ideológicas de los individuos, desde perspectivas menos manidas. Para ello tendríamos que ensayar nuevas maneras de expresar esas ideas que, por novedosas, necesitan un lenguaje fresco. En el caso de tu réplica, me da la impresión de que lo que conviertes en fetiche es el lenguaje mismo utilizado durante todo este tiempo en las justas confrontaciones de los más pobres contra un Poder (o mejor, conjunto de poderes) que lo tritura todo; quiero decir, el lenguaje que apela de modo melodramático y exaltado a ese sujeto impersonal que te mencionaba antes, y que luego de hacer su confesión pública, sigue dejando en las sombras la verdadera realidad que, como diría Borges, siempre es invisible. Porque al final, Víctor, es precisamente la hegemonía de esa retórica inflada, llena de frases hermosas, pero huecas, lo que nos ha impedido contribuir a un debate serio donde sea el individuo concreto, y no el abstracto, el que merezca toda la atención.

Para finalizar, porque me gustaría que otros aportaran ideas y no convertir esto en un diferendo entre dos, discrepo cuando dices que ya en nuestro país se ha iniciado esa segunda Campaña de Alfabetización. Lo anoté en el post original y ahora lo reafirmo: no se trata solo de enseñar a las personas a manejar una computadora, sino impulsarlos a que mantengan con esas tecnologías un espíritu creativo y liberador. ¿Cómo lograrlo? Ahí está el detalle, como diría ese gran filósofo de la vida que fue Cantinflas. Al menos yo, que ya me califiqué de neoanalfabeto, no tengo la respuesta. Por eso es que expongo en público mis inquietudes, porque solamente con un debate plural y desprejuiciado podríamos salir de ese círculo vicioso en el cual apenas alcanzamos a visualizar lo que quienes fomentan esas tecnologías, están interesados que veamos como el único mundo posible. El desafío es tremendo; algo así como volver a andar tras los pasos perdidos.

Te abraza, siempre cordial,

Juan Antonio García Borrero

 

DÚPLICA DE VÍCTOR FOWLER A LA RÈPLICA DE GARCÍA BORRERO

Hermano, es evidente que no entendiste lo que señalé como malestar ante tu texto. Además de la retórica, Juany, los pobres existen; en oposición a ello, me divierte imaginar que en tu comentario (al fin) pobres y ricos quedan hermanados en algo: el desconocimiento. Lo que me disgusta de tu posición es la ausencia de toda sospecha mientras que los estudiosos de la red nos revelan que todo esto que hablamos sobre nuevas tecnologías es una realidad referida sólo a una sexta parte de los seis mil millones de habitantes de la humanidad. Según tu contra-propuesta, ¿debo entender que sencillamente me pides suprimir la cantidad restante?

Me horroriza cómo eres capaz (no sé a nombre de qué, por favor, explícalo) de asumir que una realidad cuyo sentido es esencialmente empresarial no tiene nada que ver con las diferencias entre clases sociales. Recuerda que son los autores del diccionario que citas quienes enfilan su interés hacia las consecuencias del analfabetismo tecnológico en el medio empresarial; de hecho, directivos incapacitados para afrontar una renovación tecnológica en sus empresas son lo principal que -según tus citas- les interesa. Por tal motivo, ni siquiera notas (ni te incomoda) el salvaje imperialismo cultural implícito en la nueva obligación de aprender inglés para poder ser funcional.

Si de discutir se trata, no sé qué significa que «un ciudadano sin demasiada cultura letrada, pero hábil con el uso de las nuevas tecnologías, puede llegar a desenvolverse en la vida de un modo más desenfadado que aquellos que se han cultivado en los recintos académicos más prestigiosos.» La verdad de tu frase depende del verbo reflexivo «desenvolverse», el adjetivo «desenfadado» y el complemento de lugar «en la vida»; sin embargo, ¿acaso vale lo que dices para «toda» la vida o sólo para sacar un tickect a la entrada del metro?

¿No es una ilusión ese «ciudadano sin demasiada cultura letrada», suerte de pícaro de las nuevas tecnologías, habilísimo, pese a que no se cultivó en un recinto académico prestigioso? ¿Cuál es el límite a partir del cual tu propuesta empieza a ser una mentira ridícula e infantil? Por ejemplo, ¿un juicio, la consulta médica para una enfermedad gravísima, la composición de una sinfonía, la compra de una casa, la inversión de dinero en la bolsa?

Creo que en la historia de Cuba nadie como tú ha escrito tanto en contra de algo a lo cual denomina «la cultura letrada», pero sin que nunca exista una explicación clara de a qué se refiere. Vuelvo a hacerte una pregunta, e imaginemos que existiera una persona con todas estas capacidades a la vez: ¿estamos diciendo que es posible ejecutar a Mozart, leer a Cervantes, liderear un partido político, implantar un récord mundial en100 metrosplanos y ser «infuncional»? ¿»In-funcional» con respecto a qué? ¿No deriva esta convicción de la utopía tecnológica de una sociedad en la cual las comunicaciones han sido reducidas al nivel de comandos a teclear o teclas e íconos a pulsar?

¿Qué es ser «funcional»? Según tú, ¿qué hay que hacer con las nuevas tecnologías para ser aceptado o calificado como «funcional»? ¿El que descarga un libro de la red… es funcional (sin importar si lo lee o no, si lo comprende o no?) ¿Y el que no sabe descargar, pero leyó en pantalla 100 obras maestras que compró en un CD-Multimedia, entonces no es funcional? ¿Pueden todos ser «funcionales»? ¿Es una necesidad universal real ser «alfabetizado» en nuevas tecnologías? ¿Para mandar e-mails? Dicho de otro modo, ¿a partir de cuál límite la fraseología desarrollista es ideología en estado puro, mandato?

Recuerdo una simpática historia -referida al diseño de un software de búsqueda en una biblioteca pública- donde se solicitó a los programadores que hicieran su trabajo teniendo en cuenta la mente de un niño de 7 años. Esa otra mitad, donde la tecnología continuamente busca ser más «accesible» vía una simplificación mayor es algo que escapa de tu lectura. Es decir, como mismo instaura una realidad nueva intenta transformar lo nuevo en uso común.

Finalmente, cualquier camino de creatividad y liberación (por cierto que no veo cómo diablos empata esta salida humanista tuya con el respeto al liderazgo empresarial) comienza por aprender el a, b, c de las nuevas tecnologías. El programa cubano para la enseñanza de computación en las escuelas quiere, como cualquier otro, establecer un sub-suelo mínimo a partir del cual vendrán otras transformaciones. Lástima, eso sí, que no haya más máquinas, conexión a Internet u otros beneficios, pero ello es harina de otro costal.

ALGO MÁS SOBRE “EL PERFECTO NEOANALFABETO”

Víctor querido:

Como buen polemista que eres, has sabido aplicar de una manera maravillosa aquello que recomendaba Schopenhauer en aquel conjunto de reflexiones en torno al arte de debatir: “Si el adversario nos solicita explícitamente alegar algo en contra de algún punto concreto de su afirmación pero no tenemos nada adecuado, tomamos el asunto de manera general y argumentamos así en su contra”.

Esto se nota sobre todo cuando me impugnas que “Lo que me disgusta de tu posición es la ausencia de toda sospecha mientras que los estudiosos de la red nos revelan que todo esto que hablamos sobre nuevas tecnologías es una realidad referida sólo a una sexta parte de los seis mil millones de habitantes de la humanidad. Según tu contra-propuesta, ¿debo entender que sencillamente me pides suprimir la cantidad restante?”.

El post original, Victor, y lo puedes comprobar releyéndolo, habla de lo que acierto a percibir en el país que vivo, con sus muchísimos contrastes y sus múltiples posibilidades, sus limitaciones y riquezas aún por explotar.  Por supuesto que sé que la pobreza existe más allá de la retórica, que la desigualdad social generada por el capitalismo ha terminado por excluir de una vida mínimamente decorosa a esa monstruosa cantidad de seres humanos que mencionas, pero mi interés, ahora mismo, es contribuir a enriquecer ese proceso de emancipación cultural que se inició en Cuba conla Campañade Alfabetización de 1961, y que amenaza con estancarse o retroceder si no se toma en cuenta lo que viene sucediendo con la revolución electrónica.

Por eso, para que esto no se nos convierta en un diálogo de sordos, y porque además, admito que te asiste razón en la argumentación general, te propongo que reduzcamos la reflexión a lo que podría concernir a los cubanos. Es decir, hablemos del aquí y el ahora, y en este sentido te rogaría que dejes de mirar a Cuba como algo aislado de ese mundo empresarial y ajeno que según tú los autores del diccionario intentan legitimar con su texto: Cuba ya está formando parte de ese mundo ferozmente competitivo, como lo va demostrando todo ese conjunto de medidas económicas que se vienen implementando, y si no pensamos desde ahora en esa alfabetización tecnológica de la que hablo, los índices de exclusión social resultarán francamente traumáticos. Por otro lado, ese “salvaje imperialismo cultural” que tanto te incomoda, desde hace mucho tiempo está activado entre nosotros, y acaso seas tú el que ahora no nota las modalidades amables en que convive en nuestras propias casas. Combatirlo de un modo retórico no tiene sentido; se necesitan prácticas de resistencia o acciones concretas que aprovechen lo positivo que puedan tener esas tecnologías domesticadoras para ponerlas en función de nuestros intereses puntuales.

Dices en algún momento: “Me horroriza cómo eres capaz (no sé a nombre de qué, por favor, explícalo) de asumir que una realidad cuyo sentido es esencialmente empresarial no tiene nada que ver con las diferencias entre clases sociales”. Esto me parece una vulgarización de las inquietudes que he intentado expresar en el post (que además, es simplemente un post). El hecho de que absolutices la cuestión de las clases sociales solo está fomentando el monstruoso equívoco que tantas tragedias ha traído a la humanidad en la noble idea de construir el socialismo: suprimir a los individuos mismos, con sus pulsiones, sus aspiraciones, sus ansias de libertades, con el fin de legitimar identidades colectivas que tendrían la razón histórica, y con ello la coartada perfecta a través de la cual justificar todo tipo de desmesura. Ahora te preguntaría, ¿es que enla Cubasocialista lo empresarial nunca ha contado, y no se incrementan hoy esas diferencias sociales que comentas en abstracto?

Para no hacer demasiado extensa esta reflexión que me provocan tus impugnaciones, trataré de satisfacer tu curiosidad en cuanto a mis reservas con “la cultura letrada”. En principio, lo que otras veces he combatido en el área de la crítica del cine ha sido lo que llamo “la dictadura de los críticos”. No me opongo, obviamente, ala Ilustración(al menos en sus aspectos básicos), pero sí cuestiono (y me cuestiono) la cosificación de esos saberes adquiridos, y sobre todo, el gesto autoritario que supone heredar una tradición e imponerle a la mayoría esos patrones que en verdad están respondiendo a la visión que un grupo tiene de la realidad.

Para conectar lo que venimos debatiendo con el aquí y el ahora de nuestras dinámicas culturales (incluyo, por supuesto, al cine), creo que en este campo todavía no hemos aprehendido el espíritu de la época. Todavía sigue siendo dominante entre nuestros intelectuales el afán decimonónico de publicar en revistas como La Gaceta de Cuba o Temas antes que explorar las ventajas que brinda Internet. Desde luego que esto no es absoluto y tampoco abogo por la desaparición de esos espacios; hablo apenas de lo que percibo como una tendencia en la que puede encontrarse, como excepción, lo que hace Desiderio Navarro con esa formidable biblioteca digital que ha conformado y circula por diversos medios, y que me gustaría conocer cuántos de nuestros intelectuales utilizan o contribuyen a enriquecer. Me apresuro en aclarar que no estoy haciendo apologías de sitios digitales como este mismo blog, cuya repercusión en la sociedad se sobrevalora; hablo de comenzar a pensar de un modo distinto nuestras estrategias culturales con el fin de alfabetizar tecnológicamente a la población.

Y por ahora paro. Para mí ha sido un buen debate, que me ayuda a tomar en cuenta ángulos del asunto en los que no había reparado. Espero que en un futuro ese “programa cubano para la enseñanza de computación en las escuelas” contribuya a emanciparnos, y no a  hacernos más esclavos de las máquinas, y de quienes las controlan.

Un nuevo abrazo,

Juan Antonio García Borrero

ESTEBAN MORALES A PROPÓSITO DE LA POLÉMICA SOBRE “EL PERFECTO NEOANALFABETO”

Amigos:

Muy buena polémica. Me gustaría escribir algo sobre la base de que,  es más los que se complementan los dos discursos, que lo que se contradicen o contraponen. Ambos son enriquecedores. Yo aprendo de los dos. No se pierde el tiempo con ninguno.

Para mí, al menos en el campo de la actividad intelectual,  quien con una edad prudencial, digamos en el entorno  de los 30 años, que  no  sepa manejar  una computadora,  al menos para comunicarse y buscar información (suponiendo que tenga la oportunidad material de hacerlo) y que no domine otro idioma de los básicos (claro esto puede ser un eufemismo), pudiéramos decir universalmente utilizados (en la realidad dominante de hoy: inglés, francés, español), además del materno, ya es un analfabeto funcional.

Para mí, el analfabetismo funcional,  emerge  de tener que cubrir las necesidades que dimanan del desarrollo tecnológico que se tiende a universalizar y de  la necesidad de comunicarse. Que es hoy la punta del desarrollo científico- tecnológico e intelectual. Solo que, lamentablemente,  en el mundo en que vivimos, eso aún no tiene solución, al menos definitiva, solo en grados,  porque el desarrollo tecnológico, en términos de alcanzarlo, no está hoy a la mano de la inmensa mayoría de la gente que puebla la tierra. Razón: llamémosle, el «capitalismo», permite tecnológicamente sacar pan del aire, pero no universaliza esa posibilidad de hacerlo. No permite convertir  esa posibilidad en realidad. Porque la dinámica, sobre todo económica y  social,  dominante aún, es  aquella, que sigue siendo bipolar: es decir, acumula la riqueza en un polo y la pobreza en el otro. Por eso aún nos encontramos en la prehistoria. Dentro de esa dinámica social que se nos impone, el analfabetismo funcional se reproduce continuamente.

Creo que se trata de  un tema apasionante y muy importante, sobre todo, cuando recientemente, hemos escuchado tantas barbaridades al  respecto. En medio de lo cual, el debate entre ustedes, resulta refrescante.

Muchas gracias por la oportunidad de aprender.

Saludos

Esteban Morales.

ABELARDO MENA SOBRE EL PERFECTO NEOANALFABETO

En sentido general, y de manera sumaria, me gustaría hacer notar varias cuestiones:

1)     La “raya» del abismo o la brecha digital no pasa exactamente por las divisiones geográficas Primer-Tercer Mundo. Más distancia existe entre Bangalore y Cuba, que entre Beijing y California. Recientemente, en Miami, ciudad trasnacional, comprobé que incluso miembros de mi familia desconocen procedimientos, informaciones y sistemas que yo uso diariamente aquí (de manera que me empeñé en ensenárselos). En el campo de Sudáfrica, uno de los bancos más grandes utiliza el móvil, poseído por numerosa población, para abrir cuentas y hacer pagos y transacciones. Sin embargo, en las tiendas cubanas no podemos pagar con tarjetas, inutilizados los posts por el «neoluddismo» tropical. Y está prohibido el surgimiento legal de pymes o start ups basadas en las IT.

2) El analfabetismo digital es aplicable no solo a los individuos, sino
también a empresas, instituciones y países. Implica -sobre todo- la
incapacidad para concebir un presente-futuro basado en las nuevas
tecnologías, llámese Internet, Intranet, e-gobierno, movilidad; encontrar
nuevas fuentes de socialización (como ofrecen por ejemplo Revolico.com o
Sepermuta.com) y de puestos de trabajo, oportunidades económicas y de
satisfacción de las necesidades cotidianas de sus habitantes. No se concibe
un país con analfabetismo digital capaz de proyectarse hacia el futuro.

3) La cultura digital ha potenciado el rol comunicativo de la letra
«impresa» (esta vez virtual u online) y ha expandido las comunidades de
lectores mucho mas allá de lo que han logrado las numerosas ferias del libro
que se celebran cada año, a  cerrar distancia entre lectores y escritores, y
a dotar a estos de herramientas democráticas para promover sus textos y
visiones mas allá del marketing ejercido por las multinacionales de la
comunicación. Este uso ha sido comprendido perfectamente por colectivos y
lideres de izquierda -ejem los Zapatistas del Subcomandante Marcos, y en
Cuba tenemos a Fidel y a Yoani Sánchez como ejemplos de blogueros que
reciben numerosos hits en sus apariciones escritas.

4) Las herramientas digitales han impactado radicalmente en la
democratización de los instrumentos expresivos, el control de los gobiernos
(ejem WikiLeaks) el desafío al pensamiento unipolar y al pensamiento
mediocre, contribuyen al desarrollo de redes comunicativas en franco desafío
de las antiguas fronteras comunitarias.

Sin más,

Abelardo Mena

 

PEDRO ARMANDO JUNCO SOBRE EL PERFECTO NEOANALFABETO

Tremenda «polvareda» has levantado, Juany. Tu trabajo sobre «El perfecto analfabeto» ha traído del cordel buenos peces a escamar. Lo malo sería que aparecieran, pegados al anzuelo, peces gordos.

A tu amigo Víctor no lo conozco; sin embargo, por lo que dice, no está desprovisto de argumentos en algunas cuestiones que trata, aunque en otras, por ejemplo, cuando se manifiesta sobre el «imperialismo lingüístico en contra del cual hay que luchar» su aliento me trae reminiscencias espirituales de esos que buscan ganarse un buen cargo estatal para resolver sus problemas hogareños, pues, de no ser el inglés el idioma internacional que se utiliza en todo el mundo, ¿a cuál podría remitirnos?: ¿Al chino, al árabe, al esperanto, o retroceder hacia el latín o al griego antiguo?

 

Tampoco estoy de acuerdo en considerar solamente neoanalfabeto al individuo pobre, cuando tú citaste claramente la frase de un diccionario que afirma: «Este nuevo tipo de analfabetismo no distingue sexos, cargos o cuentas corrientes. Seguramente, ésta es su particularidad más llamativa pues, hasta hace bien poco, pobreza y analfabetismo se encontraban en relación de causa-efecto y, sobre todo, formaban un círculo vicioso del que era difícil salir», lo que saca de contexto su frase: «lo horrible que es exigirle a un individuo pobre que desee ser aceptado como “alfabetizado” no sólo leer a Proust, Cervantes y Thomas Mann, sino además manejar una computadora (con cabal comprensión de sus posibilidades) y, para colmo, ser un usuario “funcional” del idioma inglés.»

Pero lo más incongruente de la réplica del amigo y colega –pues tengo entendido que Víctor Fowler es también escritor –son los hirientes calificativos de burgués y entreguista que te cuelga, como para exhibir en la picota. Los que te conocemos bien, podemos dar testimonio de tus ideas y tus principios, a pesar de que hoy por hoy, idénticos caminos se bifurcan en busca del mismo objetivo, y eso no es antidialéctico.

 

Mucho más sensata es la nota de  Abelardo Mena, a quien tampoco he tenido el placer de dar la mano, cuando reconoce que dentro del grupo de los analfabetos funcionales se hallan millones de personas del primer mundo, que tienen una computadora de última generación en sus casas y acaso saben pasar correos electrónicos. Me adhiero a su criterio de que  «Las herramientas digitales han impactado radicalmente en la democratización de los instrumentos expresivos, el control de los gobiernos (ejem, WikiLeaks), el desafío al pensamiento unipolar y al pensamiento mediocre, contribuyen al desarrollo de redes comunicativas en franco desafío de las antiguas fronteras comunitarias».

 

Este salto gigantesco de nuestra generación, gracias a Santo Bill Gates, no solo propicia mejoras tecnológicas nunca soñadas hace medio siglo, sino que ofrece el camino a seguir si aspiramos a salir de la pobreza intelectual que nos aplasta.

 

Y para sacarme la espinita de tu amigo Víctor: incondicional defensor de la pobreza, quiero terminar diciendo que no es humillante ser pobre, pero sí es humillante no aspirar a dejar de serlo. Esa política de “amar y defender a la pobreza” es incompatible con aquel aforismo del Apóstol: “Para hacer sólido al pueblo, hacerlo rico. Para hacerlo respetado de los invasores, hacerlo militar. Para hacerlo fuerte, hacerlo inteligente”. (1)

Pedro Armando Junco

(1)  Martí, José. Obras Completas. Tomo 14 Página 47

 

ARMANDO PÉREZ PADRÓN SOBRE EL PERFECTO NEOANALFABETO

Estimado Juanelo:

Recién termino de leer toda la polémica desatada en tu blog, acerca del post sobre el perfecto neo analfabeto, controversia protagonizada entre tú y Víctor Fowler esencialmente, aunque con intervenciones de otras personalidades que merecen todo nuestro respeto. En mi humilde opinión, — aunque como sabes no tengo la pasión filosófica y polémica que sé cultivas a diario, y acaso ni siquiera me alcanza el tiempo para cumplir con todas las cosas en que me he enfrascado acorde a los tiempos que me ha tocado vivir— ante todo coincido plenamente con lo planteado por Esteban Morales, creo que lo principal es, que haya existido esa “aparente”, disparidad de opiniones y/o razones para defender una u otra postura de pensamiento. No me cabe la menor duda por los años que llevamos trabajando juntos, y sobre todo por las fructíferas tertulias binarias que sostenemos a menudo sobre cualquier tópico de nuestra cultura, que lo que más has defendido, es precisamente la posibilidad de la pluralidad de opiniones sobre nuestra cultura y nuestra Cuba toda, planteamiento que por cierto coincide con uno de los pronunciamientos más profundos realizados en varias ocasiones por el propio presidente Raúl Castro Ruz; entonces hermano, que Víctor u otro intelectual responsable y comprometido con nuestras realidades, opine diferente a alguna de tus disquisiciones, me parece que enriquece ante todo tu espacio (blog), tu imagen y sobre todo, nos nutre a todos los cubanos y cubanas, que creemos de verdad, que es posible crear por nosotros mismos una Cuba mejor.

A mi modo de ver las cosas, estás defendiendo la monumental erogación que durante mas de 50 años ha realizado la Revolución cubana, (pueblo) en instrucción y preparación de todo el que ha estado dispuesto a emplear buena parte de su vida en estudiar y aprender; y que ahora en medio de una desquiciada revolución tecnológica, nos quedemos en el camino, más por la falta de iniciativa  y voluntad personal a seguirse superando, que por las innegables limitaciones materiales que podamos tener, estamos hablando de las miles de máquinas subutilizadas por falta de conocimientos, empleadas para mecanografiar, jugar o hasta sacar pequeñas cuentas. En otro orden de cosas soy de los que defiendo a ultranza la diversidad cultural universal, y dentro de ello las lenguas como parte indispensable del colorido identitario de cualquier nación; de hecho conoces que detesto las películas dobladas; ahora en materia de comunicación global, creo que desde que el hombre comenzó a tratar de entenderse entre la diferentes tribus y/o naciones, fue indispensable tratar de buscar una forma de lenguaje que les posibilitara la comunicación, hasta que por convencimiento o quizás vencimiento se aceptara el inglés como el idioma universal para las principales dinámicas que han signado las relaciones  internacionales durante los últimos siglos. A esto es plausible agregarle que prácticamente todos los idiomas más conocidos del mundo de hoy tienen raíces imperiales, y de rechazarlos por estas razones correaríamos el riesgo de quedarnos mudos. Para nada piense nadie que estoy jugando a la ingenuidad de pensar, que desconozco la hegemonía (en inglés) mediática de los grandes medios de comunicación al servicio de las peores causas, que han llevado a las fuerzas más poderosas del mundo a convertirse en autenticas depredadoras de los cada vez más menguados recursos con que cuenta el planeta; pero precisamente por esas razones es impostergable, que aquellos pueblos pobres de recursos materiales, —como el nuestro—pero inmensos en capital humano, conozcamos las armas y medios de los depredadores, para con ellas mismas poner nuestro grano de arena en aras de la supervivencia  nuestra y del planeta; no podemos olvidar jamás que el más grande de todos nosotros apostó, porque patria es humanidad; y supo como nadie alertar sobre los grandes peligros del más grande de los imperios; pero para ello vivió entre ellos y conocía perfectamente su lengua (inglesa)  y varias más, en una época donde los medios a su alcance eran de un primitivismo salvaje comparado con las posibilidades que hemos tenido a nuestro alcance los cubanos de hoy.

Armando Pérez Padrón.

Camagüey, 22,08.11

 

Publicado el agosto 22, 2011 en POLÉMICAS. Añade a favoritos el enlace permanente. 9 comentarios.

  1. Sobre la polémica.
    Yo estoy totalmente de acuerdo con tu post , al punto de que Víctor Fowler (al que admiro enormemente,sobre todo por sus críticas y estudios en torno a la lingüística,los procesos de lectura y demás),hace un uso diario,minucioso y extenso de esas tecnologías que,según entiendo,considera que sólo forman parte de… y no, que integran el todo de la formación cultural y educativa…a estas alturas…es una paradoja,una paradoja, sobre todo porque él,que efectivamente ha sido parte fundamental en el desarrollo desde la óptica comunicacional, de esos famosos software para bibliotecas,resulta que centra ese trabajo mayormente en una anécdota graciosa…Sabe Fowler,perfectamente que en casi todas las bibliotecas del mundo los catálogos de búsqueda,en cualquier formato se preparan para que las personas encuentren rápido lo que buscan y sí, se basan en prepararlos pensando que el lector “pueda ser desde” un niño de siete años,de los de “antes”,porque ahora,los niños de siete años nos dan clases de búsqueda de información a nosotros. Hay algo que no «me cuadra» en esta polémica y es entre su pensar y su actuar.Es bueno revisar estadísticas(no lo voy a hacer aquí porque esto es nada más un comentario,muy largo,sí,pero sólo comentario a un post y una réplica)los más pobres,de los pobres ,de los pobres,las comunidades más alejadas de «civilización» en todo el mundo (mi entre comillado no es por gusto),tienen acceso a las tecnologías y a la red,que, oh Fowler, también sabe que no es ,únicamente la computadora su principal componente.Esta es una parte chiquitica de ese todo, que ya no se identifica por ninguno de los que estudian sobre las mismas (Marqués,Cabero,Martín Barbero,García Canclini, Castells,Jordi Treserras,Umberto Eco,entre otros muchos de distintos lugares y lenguas)como nuevas,porque van para viejas y reitero el equipo,el hardware, (hasta el diccionario de la RAE lo reconoce ya,como voz inglesa,pero integra la palabrita), uno de los tantos elementos que conforman,eso que se ha denominado la sociedad del conocimiento, y que él mismo (Fowler) defendió,abogó y propulsó que se tuvieran en cuenta para el desarrollo de programas de diverso tipo y ahora no tengo tiempo de buscar sus artículos que por cierto forman parte de mi bibliografía citada en clases.Ah,sí,los profesores deben guiar,conducir,el estudiante,a la persona, que al final decidirá,qué lee,cómo lo lee,donde busca,qué páginas,sitios,blogs, son los más interesantes,profundos o sencillos,útiles (aunque nos guste o no).Conozco los programas nacionales de lectura cubanos,que integran las tecnologías,por eso estoy más asombrada,bueno,los conocía,es verdad,ha pasado tiempo.
    Las diferencias sociales en este mundo,existen hasta en Cuba,a todo trapo,a todo trapo y persisten aquí, allá y acullá.Es notorio que una joven de veintidós años ha puesto de cabeza al sistema universitario chileno por esas mismas diferencias sociales,económicas y educativas y empezó a darse a conocer para ser elegida de su federación estudiantil,entre otras formas,a través de las redes sociales,porque ni tenía dinero,ni era conocida,ni estudia ciencias sociales,esto para no hablar del país donde nací,porque no vivo allí,pero esa es una pequeña muestra de que las tecnologías hay que auparlas de manera equilibrada,pero no denostarlas o demeritarlas.Lo dijo Eco, hace ya muchos años,en un artículo referido al tema,pero bueno no se acordó de Cuba.
    La pobreza de otros lugares,no debe ser la razón para que se excluya el uso de las tecnologías de la formación educativa en un país X,este caso Cuba,digo tecnologías,no computadoras o programas cerrados, especiales,porque seguiría la educación formal cubana(en el sentido pedagógico de la frase),en una burbuja aparente.Al final en sus casas,con amigos,conocidos o informalmente, buscarán la manera de entrar a ese mundo aparentemente distante.
    No voy a referirme al famoso criterio sobre el estudio del inglés, nosotros estudiábamos ruso,¡ruso! obligatoriamente,por razones idénticas a las que definen hoy la necesidad de estudiar inglés,claro que aquel idioma,muy melodioso,musical y aún con declinaciones que a mí me fascinan,no ha podido ser universal,pero se pretendía que así sería el futuro,por los educadores en nuestra pequeña isla hace ya más de treinta años.
    Las tecnologías no son el fin,son parte del cómo,entre ricos,pobres,empresarios y empleados.Hay mucho que decir,mucho,sobre todo porque la generalización del conocimiento,uso y creatividad en este campo,no deben estar sólo en manos de unos pocos es cierto,es cierto,pero debería pensarse en que deben tener libre acceso a ellas todos, acceso total,mucho más en un país como Cuba, que aboga por la igualdad y la equidad y no sólo los artistas,(algunos),médicos (algunos),profesores (algunos) y varios más (algunos).

    Saludos
    Mirthica

  2. Amigo mío:

    Algo tarde (problemas temporales con mi conexión) he leido con sumo placer – dada mi profesion – esta interesante polemica que promovio tu «inquietante» post, como le adjetiva tu polemista. Me gustaria escribir algo al respecto, desde la optica de ciudadano que todo los dias fija y cansa su vista, precisamente, frente a este monitor. Pero lo que me interesaria comentar exigiria mas que un post, y me llamaste un dia la atencion acerca de la necesaria brevedad de ese genero de nuestros tiempos, que exige un malabarismo de talento y sintesis que no tengo para apresar en pocas palabras la enjundia de las razones. Pero como supongo que no te robaria mucho tiempo, te comento al menos, – a vuela tecla – , lo se me queda como la primera impresion, despues de una inicial y rapida mirada a la replica, la duplica y los dos comentarios adjuntos.

    Me parece evidente que solo por fexibilidad y tolerancia en el dialogo – y no se si por pura cortesania camagueyana, que eso se nota en el garbo tranquilo de tu letra – le reconociste a tu disputante razon en la generalidad de sus asertos, porque yo creo que cierta animosidad en el tono e intension que se adivina en el subtexto de las preguntas con que te pretende refutar, revelan, mejor que los contenidos, el cimiento de algunos prejuicios que sostienen sus argumentos. Los tuyos – creo yo, y admito que me puedo equivocar – son solo ese octavo visible del iceberg oculto a que no se refiere claramente ninguno de los dos: el verdadero analfabeto no es el que desconoce las artes y las letras de cualquier tecnologia, sea la epoca del arco y la flecha o esta de los byes y los e-mail, sino el que aun conociendolas en cualquier grado, no puede hacer valer con ellas la cuota de poder que le corresponde en el entramado del pacto social. Y eso se llama primero pensar, y, despues, poder pensar con una razonable probabilidad de que tu pensamiento se realice. Como en todo momento de la evolucion tecnologica de la humanidad, los intrumentos son apoyo, pero lo decisivo es que el modo como esten organizadas las cosas permitan que mi pensamiento individual entre en el concierto de las realizaciones colectivas con algun grado tolerable de posibilidad de realizarse. A eso apuntas con agudeza, y eso no te lo refutan, porque habria que considerar muy espinosas razones. Con tus palabras: «de eso se trata», en el fondo de tus argumentos, y en los de tu polemista. Tu, porque los revelas desde el subtexto, tu polemista porque no lo ve, o no se atreve a considerarlo.

    Y al no ser que esto que llamamos civilizacion pueda tomar otros de los posibles senderos que incesantemente se bifurcan – y eso parece que es muy improbable – nosotros (la humanidad) estamos naufragando ya hace rato. Y no habra una vuelta russoniana a una naturaleza sin tecnologia desarrollista, y sin afan de supuesto «progreso», sino tal vez por fuerza, cuando acabemos de destruirla. Hasta entonces, tendremos que lidiar con el aqui y el ahora de la realidad real, que, entre otras lamentables cosas, se llama incesante busqueda de mejoras tecnologicas, que por si mismo no es nada lamentable y muy dañino, sino cuando no las acompaña la posibilidad de la realizacion efectiva de la participacion y el control de la indivudualidad sobre el tejido desdibujante de lo colectivo. De las razones de legitimidad de todo orden social siempre tratara de apoderarse un sector de la sociedad – y siempre, por cierto, bien apoyados en las tecnologias de cualquier especie. Entonces tiene que funcionar bien la contraparte de los realmente pobres: los pobres de esa riqueza intangible pero valiosa, que se llama libertad.

    Te abraza,

    Luque.

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