Archivos diarios: abril 10, 2018

ERNESTO DARANAS SOBRE LA 17 EDICIÓN DE LA MUESTRA JOVEN ICAIC.

Sobre la 17 edición de la Muestra Joven ICAIC.

Luego de algunas ediciones de ausencia involuntaria, he vuelto a ser un atento espectador de la Muestra. Previo a ella, el incidente con Quiero hacer una película (Yimit Ramírez) reiteró la torpeza cultural, política y mediática con la que se ha ido tejiendo una ya apreciable relación de confrontaciones y censuras. A pesar de este clima, en las salas de los cines Chaplin y 23 y 12, obras como La música de las esferas (Marcel Beltrán), Los lobos del Este (Carlos Quintela) y El proyecto (Alejandro Alonso) reiteraron la importancia de esta talentosa generación de creadores para una cinematografía lastrada por la inercia.

Seguramente omito otras obras destacadas, pero debo basarme en las que pude ver ahora. Sus autores, graduados de nuestras escuelas de cine, han nacido y se han forjado en medio una crisis que ya abarca tres décadas. La hondura artística de sus miradas parece ajena a toda pretensión moralizante, pero no pueden escapar a su propio juicio ni a las trazas de su propia historia. El resultado estremece y confronta nuestras convicciones sobre Cuba, sobre su futuro y sobre el cine.

El cardumen que simbolizó a esta edición del evento no nadará eternamente en círculos. Hace unos años, una activa representación de estos jóvenes formó parte de la Asamblea de Cineastas y el G-20. Las ignoradas propuestas para la Ley de Cine, la legalización de la producción independiente y el Fondo de Fomento, entre otras, forman parte del ideal de un sistema del que deben ser parte esencial los egresados de nuestras facultades de arte, junto a los cineastas de todas las generaciones y procedencias. Pero la propia Muestra explica la que quizás sea la principal causa de resistencia a estos cambios. Para algunos, los creadores (no solo los cineastas) son los responsables de la realidad que reflejan y no su consecuencia. Esa es la cruz que pesa sobre buena parte de una cinematografía a menudo tildada de hipercrítica, en un contexto donde los medios apenas juegan su papel y donde no abundan los espacios de participación verdaderos.

¿Acaso es posible otro cine en medio de tales restricciones? La vida nos demuestra que, a pesar del deterioro de nuestro cine como sistema de cultura, una nueva realidad tecnológica y artística hará siempre posible la renovación que ahora se aprecia. Contra viento y marea, el cardumen del cine cubano se mueve. Esta es la más valiosa certeza que me deja el regreso a las salas de la Muestra.

Ernesto Daranas (realizador de los filmes cubanos Los dioses rotos, Conducta, y Sergio y Serguéi).