ENCICLOPEDIA POPULAR DEL ICAIC (1961-1963)

En mayo de 1961 se publica el tercer número del folleto “Documental” donde, a través de un breve artículo de Fernando Villaverde se nos anuncia que:

Ha salido la primera edición de la nueva Enciclopedia Popular del Instituto y en ella podemos ver la forma y el carácter que tendrá, en general, esta contribución cinematográfica del ICAIC al Año de la Educación”.

Aquel año se había iniciado, efectivamente, conla Campañade Alfabetización masiva que se propuso enseñar a leer y escribir en doce meses “a todos los ciudadanos analfabetos del país”. Si se revisa el censo realizado a mediados de los años cincuenta podrá advertirse que, más allá del carácter ideológico que se iba haciendo explícito en el actuar del nuevo gobierno, el mal social existía y había provocado en intelectuales dela República alarmas que rozaban con el horror.

El nacimiento de la “Enciclopedia Popular del ICAIC” quedaba enmarcada, de este modo, dentro del conjunto de medidas políticas que se iban implementando en lo macrosocial. Soslayar este tipo de conexión puede acarrearnos el problema de deshumanizar la historia de un Instituto que, si bien buscaba insertarse en la modernidad fílmica prácticamente sin pasar por el período clásico que hubiese reportado una tradición industrial, no estaba para nada ajeno a las demandas gubernamentales del momento.

Según el imprescindible libro “Producciones del ICAIC: 1959-2004”, editado por la Cinematecade Cuba (María Eulalia Douglas, Sara Vega e Ivo Sarría), la Enciclopedia Popular “constituye, en general, una serie de notas informativo-didácticas realizadas como proceso de aprendizaje por los nuevos cineastas. Fueron numeradas cronológicamente con un criterio de control administrativo, pero dicha numeración no aparece directamente en los filmes. Las denominaciones como números especiales tenían un corte más experimental”.

El Nro. 1, al cual se refiere Fernando Villaverde en su breve texto, estuvo conformado por tres notas: Defectos de la visión (directores: Octavio Cortázar, José Limeres), Fauna marina (director: O. Cortázar), y Cómo se hace un cartón (director: O. Cortázar), y como era de esperar en un primer intento, los resultados, de acuerdo al parecer de Villaverde, quedaban en lo que podía esperarse de una primera experiencia:

“Considerando ahora la Enciclopedia desde un punto de vista general, podemos decir lo siguiente: nos parece que le falta a este número una nota de mayor peso, de mayor interés. Creemos que es algo banal en su conjunto, y que para próximos números sería de estudiar la inclusión, en cada una de ellas, de una nota cuyo tema tuviese una mayor trascendencia.

Por otro lado, es de destacar el profesionalismo que se observa a todo lo largo del trabajo. La fotografía, la narración, la banda sonora, la edición, han sido realizadas con un oficio que hace pensar en la posibilidad de alcanzar en muy breve tiempo, un nivel de calidad alto. La utilización de la música y de los efectos sonoros es correcta y aunque en algunos momentos la primera nos recuerda un poco los documentales de variedades norteamericanas, también es cierto que el material grabado en existencia es muy pobre y, casi todo responde a ese tipo de “mood music” enlatada y clasificada como chorizos. Y es justo señalar, que aún con esta falta de material, no ha habido detalles de mal gusto, sino que se la ha sacado un mayor partido a esa música que el que le sacan muchos documentales norteamericanos que la utilizan invariablemente”.

Según el libro editado por la Cinemateca, la Enciclopediallegó a contar con 38 números, siendo el último un material especial rodado en 1963, conformado por dos notas: El círculo de tiza caucasiano (Director: Ugo Ulive) y La viuda alegre (Director: Ramón F. Suárez).

¿Se conservarán copias de estos materiales? ¿Podremos acceder a ellos alguna vez al menos en soporte digital? Una aproximación crítica a esta otra parte de la historia del cine cubano podría revelarnos ángulos novedosos. Sobre todo tomando en cuenta que entre esas notas encontraríamos lo mismo un corto realizado por Titón en su época de Cine-Revista (La Habana 1762), que aquel material rodado por Solás con el título de Minerva traduce el mar (1962), y para el cual le pediría a Lezama Lima un poema que apoyara aquello que ya había filmado.

Juan Antonio García Borrero

Publicado el julio 12, 2012 en DOCUMENTALES CUBANOS. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.

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