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ENDAC: Dos años en línea

Hoy, primero de enero de 2022, la Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano (ENDAC), cumple dos años de estar en línea.
Todavía me parece un milagro. Llevaba tres años intentando seducir a alguien del sistema institucional cubano para que la acogiera, pero nunca lo logré. Y justo en el momento que estaba a punto de rendirme, apareció Alex Halkin (Americas Media Initiative), quien no solo se encargó de encontrar la manera de ponerla online, sino que, cuando apenas dos o tres meses después sufrí un accidente tecnológico que provocó perdiera toda la información (6000 entradas), me animó a que empezara otra vez de cero, porque el proyecto, me dijo entonces y nunca lo olvidé, valía la pena.
Gracias a personas como Alex Halkin (y Ana López, quien en su momento salvó el Blog “Cine cubano, la pupila insomne”, desde la Universidad de Tulane), he logrado entender lo que quería decir Bukowski cuando afirmaba: “Aférrate a aquellos que te notaron cuando eras invisible”.
Ahora la ENDAC tiene 7051 entradas, y cuando escribes “audiovisual cubano” en cualquier motor de búsqueda de Internet, aparece posicionada entre los cinco primeros lugares. ¿Cómo explicar entonces que, en Cuba, su entorno nativo, donde existe la infraestructura para hospedarla (a pesar de todas las conocidas limitaciones económicas), la idea de la enciclopedia nunca prosperara?
Tiene que ver con lo que otras veces he comentado. No basta con tener la tecnología a mano, sino que paralelo a ello hay que impulsar con similar fuerza Políticas Públicas que estimulen el uso creativo de esas tecnologías, y, sobre todo, que impulsen lo que se conoce como la alfabetización funcional y tecnológica, con la consiguiente formación de comunidades de usuarios conectados por una misma sensibilidad.
Lamentablemente, hasta donde he podido apreciar, en el país no hay una estrategia institucional trazada en esa dirección. A pesar de la existencia de Cubarte en su seno, el Ministerio de Cultura no contempla a las Humanidades Digitales como un área que podría contribuir al desarrollo de su gestión a lo largo y ancho de la isla.
Como consecuencia de ello, quienes dirigen la actividad cultural en buena parte del territorio nacional, siguen pensando que el equipamiento por sí solo garantiza la supuesta informatización de la dinámica cultural, lo que explica que, entre otras cosas, no exista financiamiento institucional para desarrollar la creatividad como tal: es decir, se invierte en la compra de equipos, pero no en el desarrollo de las competencias digitales de quienes manejan esos equipos. Eso significa que tardaremos bastante en ver en algún momento concursos o ayudas estatales que reconozcan y apoyen la obra creativa de los gestores de Claustrofobias, por poner un ejemplo, de la misma manera que se premian a los escritores, artistas de la plástica, músicos, etc.
Por otro lado, aquella observación de Michel de Certeau (“la buena historia reflexiona sobre aquello que construye”) no ha sido atendida en nuestros predios, y mucho menos se ha interiorizado la necesidad de añadir a “a la reconstrucción de un pasado, un itinerario metodológico”. En tal sentido, la ENDAC también se propone como una reflexión sobre sí misma, es decir, sobre sus maneras de organizar los contenidos y crear sentidos históricos.
Hasta ahora, la Historia del cine cubano se ha contado teniendo en mente “las obras maestras” y “los grandes autores”, que en la mayoría de las ocasiones coincide con lo producido por el ICAIC. Ese enfoque historiográfico (que apenas se interesa en narrar la historia estética de la producción audiovisual) forma parte de una tradición que, a estas alturas, ha conocido de un sinnúmero de revisiones teóricas a nivel mundial, a través de las propuestas de Jean Mitry, Noel Burch, David Bordwell, Allen y Gomery, Rick Altman, Michelle Lagny, por citar apenas algunos, hasta llegar a las ideas más recientes de la “New Cinema History”.
Pienso que la Endac comenzará a funcionar mejor, cuando logremos naturalizar en nuestros predios estas otras perspectivas académicas. Y el intercambio de ideas fluya desde los lugares más insospechados.
La Endac, lo he repetido varias veces, no es algo personal (como podría ser un libro en su formato tradicional o incluso digital), sino una plataforma donde confluyen y se articulan de modo interactivo los más diversos saberes (estéticos, tecnológicos, económicos, socioculturales, etc) relacionados con el audiovisual cubano.
Juan Antonio García Borrero
Fernando Pérez en la primera Cibertertulia de la ENDAC
Siento una alegría tremenda al anunciar esto: el próximo domingo 24 de octubre, el grupo que tiene la ENDAC en Telegram estará realizando su primera Cibertertulia, y tendremos como invitado al cineasta Fernando Pérez. Me hubiese gustado hacerlo en el marco de la Jornada por la Cultura Cubana, pero Fernando (excelente noticia) anda de filmación.
Será una hora de intercambios que nos permitirá, a través de un chat de voz, interactuar directamente con el realizador de Clandestinos, Madagascar, La vida es silbar, o Suite Habana, entre otras.
Mi admiración por el cine de Fernando Pérez es pública: hay varios escritos que dan fe de ello. Sin embargo, algo que igual me fascina de su personalidad, son sus deseos de correr riesgos con aquello que nunca ha experimentado. Y abrir caminos.
Porque cuando le hablé de Telegram, Fernando me confesó que no lo conocía; pero acto seguido me dijo que eso no sería un impedimento: que aprendería. Y dos días después tenía su confirmación.
Tenerlo en el inicio de las Cibertertulias de la ENDAC será un privilegio.
Una entrevista en IPS
Hoy IPS publicó las respuestas que le hiciera llegar al joven periodista y crítico de cine y arte Erian Peña Pupo, quien me enviara un provocador cuestionario con preguntas que invitan a la conversación inteligente. Y esa publicación coincide en fechas con el mismo día en que la ENDAC sobrepasa las 6000 entradas.
Le agradezco a Erian y al equipo de IPS el interés mostrado no solo en este proyecto, pues también hablamos del blog Cine cubano, la pupila insomne, el Callejón de los Milagros de Camagüey, así como los Encuentros sobre Cultura Audiovisual y Tecnologías Digitales.
Como suelo apasionarme con estos temas, mis respuestas fueron demasiado extensas, por lo que se entiende que debieran publicar tan solo lo esencial. Pero creo que lo principal está dicho. El enlace a la página de IPS es el siguiente: https://www.ipscuba.net/espacios/reconstruir-desde-el-agora-el-cuerpo-audiovisual-de-cuba/
Y debajo encontrarán la respuesta donde hablo de la ENDAC, esa plataforma que hace más o menos dos años perdí en mi disco duro cuando ya tenía 6000 entradas, y que la desesperación del momento estuvo a punto de hacerme renunciar a todo.
Por suerte apareció Alex Halkin, a quien le debo el impulso para retomarlo, y el apoyo logístico que ha permitido que hoy esté en línea, y que lo que parecía sacado de una película de ciencia ficción sea una realidad tangible construida desde Los Coquitos (Camagüey).
UN ATLAS DEL CINE CUBANO
Erian Peña Pupo: Si bien tu blog es “un ejemplo de cultura colectiva”, la ENDAC, como proyecto colaborativo, va más allá al dirigirse a “construir una mirada que lo conecte todo”. ¿De qué manera crees que la misma contribuye a reconstruir, de un modo holístico, “el cuerpo audiovisual de la nación”?
JAGB: La ENDAC es una enciclopedia que, en vez de proponer un mapa (en singular) del cine nacional, plantea la construcción de un atlas (conjunto de mapas) donde sea posible reconstruir el cuerpo audiovisual de la nación.
Entiendo ese cuerpo no solo como el conjunto de películas y biografías, sino también incorporando la historia de las tecnologías usadas, las salas cinematográficas, los estudios de audiencias, y siempre con un enfoque transnacional que lo conecta todo.
Hay quien habla de una Base de Datos, pero yo prefiero llamarle Base de Conocimientos, porque el objetivo va más allá de lo informativo. Obviamente, una sola persona no puede encargarse de todo esto, y es lo que he argumentado en el ensayo que premiara la revista Temas en su convocatoria internacional más reciente. La ENDAC solo puede funcionar sobre la base de lo colaborativo. Por suerte, ya tiene varios colaboradores.
Es algo que, tengo la impresión, se entiende mucho mejor de qué va fuera de Cuba que dentro. Durante cinco años estuve proponiendo que alguna institución cubana asumiera la ENDAC y nunca pude encontrar el apoyo. Por ahí conservo algunos de los mensajes que intercambié con funcionarios que hubiesen podido ayudar a insertarla en nuestro entorno, pero jamás pasó del entusiasmo momentáneo.
En definitiva, gracias a Alex Halkin y su Americas Media Initiative–Cuba Media Project (que ya había colaborado con la Muestra Joven), la ENDAC está en línea y tiene unas 6000 entradas y más de 250 000 visitas.
Pero no dejo de reconocer que debió estar desde un inicio en alguna institución cubana, en tanto lo que propone del “cuerpo audiovisual de la nación” responde a lo que muchos aquí vienen defendiendo desde hace rato. Solo que, como aseguraba Lennon, la vida es algo que sucede mientras estamos soñando otra cosa, y en Cuba suele ponerse de manifiesto eso de que “en casa del herrero cuchillo de shopping”.
CÓMO COLABORAR CON LA ENDAC (II)
La Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano, que en la actualidad ya tiene un total de 6000 entradas, posee un carácter colaborativo y está en permanente construcción. Para decirlo como Steiner, cada una de las entradas que aparecen en la misma son “textos provisionales y abiertos”. Eso significa que gracias a la interacción de los usuarios que llegan a ellas desde cualquier parte del planeta, siempre será posible enriquecer la información, hacerle correcciones, etc.

Para la ENDAC es de interés todo lo que se vincule a la cultura audiovisual asociada a Cuba, tomando en cuenta para ello tanto la producción de materiales, como las biografías de los creadores, tecnologías, salas cinematográficas, publicaciones, etc. Por otro lado, la ENDAC entiende esa cultura audiovisual desde una perspectiva transnacional, por lo que cabe también todo lo realizado fuera de la isla.
Los interesados en que las fichas técnicas de sus producciones queden registradas en la Base de Datos pueden compartirla a a través del correo electrónico soporte.endac@gmail.com, y guiarse por el siguiente modelo:
TÍTULO:
Año:
País:
Género:
Formato:
Tiempo:
Color:
Productora:
Producción:
Dirección:
Guión:
Fotografía:
Música:
Edición:
Sonido:
Dirección de arte:
Reparto:
Otros créditos:
Premios
En cuanto a las BIOFILMOGRAFÍAS se tomará en cuenta lo siguiente:
Nombre artístico:
Nombre completo:
Día, mes, año y lugar de nacimiento:
Breve semblanza:
Filmografía ordenada en orden cronológico donde se acredita el año de producción, título, roles desplegados en los mismos, etc).
Premios:
Algunos criterios sobre la ENDAC como herramienta académica

Aunque como plataforma la ENDAC es una herramienta que puede servirnos a todos para lograr objetivos concretos vinculados a los intereses particulares (ejemplo: preservar las memorias de los individuos y/o grupos), también existe lo que pudiéramos llamar el Superobjetivo, que en este caso se enfocaría en estimular el alcance académico de sus contenidos.
Por eso me da mucho gusto compartir estas tres opiniones de personas vinculadas a las Universidades, y que han visto en la ENDAC algo útil a la producción de conocimientos que generan en sus respectivos espacios de enseñanza y aprendizaje.
También es bien estimulante que pueda apreciarse aquí la potencialidad transnacional del sitio, toda vez que Mirtha Padrón escribe desde México, Michael Chanan desde el Reino Unido, y Luis Duno desde los Estados Unidos.
A todos ellos el agradecimiento por la complicidad con la ENDAC. He aquí los comentarios:
“La ENDAC se ha convertido en una herramienta indispensable para aprender y obtener un recuento detallado de lo que es realmente la cinematografía de la nación cubana en todas sus aristas. Excelente trabajo que puede mostrarse además por la utilización de las tecnologías con un fin de aprendizaje y conocimiento general, algo que es necesario en el entorno actual. ¡Felicidades y a continuar enriqueciéndola! (Mirtha Padrón. Directora General de Universidad Autónoma de Durango. Campus Saltillo. Coahuila, México)
“No hay nada nuevo en la idea de una enciclopedia digital, pero para merecer el término tiene que ser más que una base de datos, como Internet Movie Data Base (IMDB). En este sentido, ENDAC es ejemplar. Es mucho más que un depósito de hechos y opiniones recibidas, pero arroja todo tipo de información contextual y enlaces temáticos. Para el académico, una valiosa herramienta para la investigación tanto sincrónica como diacrónica. Es también un proyecto en evolución, que tiene la sensación de estar vivo y de dar vida a toda la cultura audiovisual cubana, pasada, presente e indudablemente futura” (Michael Chanan, autor del emblemático libro Cuban Cinema. Profesor Emérito en University of Roehampton)
“La Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano (ENDAC) constituye la cristalización perfecta de un esfuerzo sostenido por más de una década. El resultado es un archivo crítico de notable profundidad y alcance. Por último, ENDAC ofrece tanto referencias a fuentes primarias, como reflexiones críticas ancladas en sólidas bases teóricas. Estamos ante una herramienta de gran utilidad para la investigación del audiovisual cubano, así como un modelo para futuros proyectos centrados en otras expresiones nacionales” (Luis Duno-Gottberg, Profesor Asociado de Estudios Caribeños y de Cine en el Departamento de Estudios Hispánicos de Rice University).
La ENDAC, según Manuel Herrera

Este texto escrito por el cineasta Manuel Herrera es el primero que se escribe sobre la ENDAC con esa extensión. Pero más allá de los elogios que se pueden encontrar en el mismo, y que en lo personal agradezco, desde luego, lo que en realidad aprecio es la mirada crítica que introduce sobre este fenómeno de la informatización de la gestión cultural en el país. Porque en verdad estamos hablando de una revolución que nos impacta de modo transversal, aunque todavía no estemos conscientes de ello: una revolución que ya lo impregna todo.
Yo solo veo un peligro aquí: la excesiva personificación del proyecto. Créanme que no hablo así para hacerme el más modesto. El problema es que cuando se piensa lo que está pasando con la ENDAC a partir de una sola persona, corremos el riesgo de no apreciar todas las potencialidades que nos brindan estas herramientas.
La ENDAC es solo la plataforma, pero los contenidos los gestionarán cada vez con más eficacia los propios usuarios, contribuyendo a escribir la Historia pública (conformada por los fondos de saberes que aportan los usuarios conectados) del audiovisual cubano, que es cada vez más transnacional, más nómada.
Cierto que se necesita fuerza de voluntad para defender una idea que en un principio parecía cosa de locos (fueron cuatro años sin conseguir atención alguna). O que sufrirás golpes imprevistos provocados por la misma tecnología (todavía no me he podido recuperar de la ocasión en que perdí todo lo que tenía en el disco duro de mi laptop, algo así como 6000 entradas).
Pero al final, ha valido la pena. Ha sido un largo aprendizaje iniciado con la administración del blog “Cine cubano, la pupila insomne”, y que no cesa, porque esa sería la gran ventaja que le veo a esta herramienta: lo colaborativo como el mejor modo de adquirir conocimientos.
Así que otra vez, gracias a Manuel Herrera por el tiempo que se ha tomado para regalarnos estas reflexiones, y a la revista Cine Cubano, por acogerlas.
http://www.revistacinecubano.icaic.cu/la-endac-viaje-al-futuro/
ENDAC: ¿construcción o reconstrucción?

Más que construir, la ENDAC se propone reconstruir el cuerpo audiovisual de la nación. Pues en realidad el corpus inmenso, pero único,de películas, biografías, innovaciones técnicas, espacios de socialización, publicaciones, comunidades de espectadores y usuarios, es decir, todo eso que nutre a diario el incesante ejercicio de la cultura audiovisual, ya existe como algo Real y objetivo, aunque nuestros pobres sentidos solo puedan apreciarlo de modo fragmentario.
No digo que va a resultar fácil impulsar esa reconstrucción integral. Aquí, allá y acullá, seguirá defendiéndose la visión excluyente de quienes asumen sus respectivos puntos de vistas como los legítimos, y, por ende, como lo que determina que los otros sobran.
Por suerte, nos queda el legado de los grandes maestros de la historiografía, esos que supieron poner a salvo la responsabilidad del historiador, más allá de las coyunturas en las que él mismo, como individuo, tiene que vivir. En lo personal, hago mío al Marc Bloch que en Apología de la Historia apunta:
“Una palabra domina e ilumina nuestros estudios: comprender. No digamos que el buen historiador está por encima de las pasiones; cuando menos tiene ésa. No ocultemos que es una palabra cargada de dificultades, pero también de esperanzas. Palabra, sobre todo, llena de amistad.
Hasta en la acción juzgamos demasiado. ¡Es tan fácil gritar: “Al paredón”! No comprendemos nunca bastante. Quien difiere de nosotros, sea extranjero o adversario político, pasa casi necesariamente, por un ser de malos antecedentes. Aun para conducir las luchas inevitables, sería necesario un poco más de inteligencia en las almas; con más razón para evitarlas, si se está a tiempo.
A condición de renunciar a sus falsos aires de arcángel, la historia debe ayudarnos a salir de este mal paso. Es una vasta experiencia de las variedades humanas, un largo encuentro entre los hombres. Tanto la vida como la ciencia tienen el mayor interés en que este encuentro sea fraternal”.
Y eso es la ENDAC: un encuentro largo y fraternal con todos los individuos que han hecho, están haciendo, y harán que exista la cultura audiovisual vinculada a Cuba. Y siempre con el ánimo, no de juzgar, sino de comprender.
Juan Antonio García Borrero
Los mundos invisibles de la ENDAC

No recuerdo cuando fue que me hice adicto a coleccionar “frases célebres” y compartirlas. Supongo que, como toda afición, fue impulsada por eso misterioso que llamamos “mero placer”.
Pero sí puedo evocar esa toma de conciencia donde descubres que, más allá de tu ombligo, han existido un montón de personas geniales que, como tú, como yo, se sintieron angustiados por la existencia y decidieron darle pelea con altura, con fineza.
A partir de ese instante, decidí convertirme en una suerte de curador de las habladurías ajenas y propias que nos acosan: prestaría oídos y atención solo a lo que fecunda, y dejaría en manos del viento lo que el “psitacismo” (término acuñado por Leibniz para referirse a las ansias incontroladas de hablar por hablar, asociándolas a los loros), seguirá generando en la comunidad parlante.
Mas igual entiendo que coleccionar frases por coleccionarlas, o citarlas a diestra y siniestra, puede ser también grave “habladuría”, si no se hace un uso creativo de ellas, si no la ponemos en función de lo heurístico, de la acción. Es decir, en función de crear mundos alternativos que nos liberen de la dictadura del “más de lo mismo”.
Por eso cuando cito lo que dijo alguien (no tiene que ser famoso) es como darle la palabra a un amigo que llega hasta mí en ese instante con un candil en sus manos. Es el inicio de una conversación que quiere permanecer ajena a lo que está de moda, o a ese culto a la tautología que sería repetir lo que “todo el mundo” dice porque lo dice “todo el mundo”. Y que me invita a escapar de lo conocido e imaginar lo nuevo, lo invisible.
En el caso de la ENDAC, confieso que su origen no lo localizo en lo que pudo haber dicho alguien vinculado al cine. Creo, y esta idea tampoco es mía, que el cine es algo tan importante que no podemos darnos el lujo de dejarlos en manos exclusivas de los cinéfilos.
Así que ha sido Blaise Pascal quien, en lontananza, mejor ha argumentado lo que sería la ENDAC y por qué surge, cuando se describe “abismado en la infinidad inmensa de los espacios que ignoro y que me ignoran”. Por muchos contenidos que seamos capaces de publicar en la enciclopedia, jamás lograremos agotarlo todo. Y otra vez Pascal nos lo explica con pasmosa lucidez:
“Todo el mundo visible no es más que un átomo imperceptible en el grandioso seno de la naturaleza. No hay idea que se le aproxime. Podemos ampliar nuestra concepción más allá de todo el espacio imaginable; sólo producimos átomos en comparación con la realidad de las cosas. Es una esfera infinita, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna”.
Paradójicamente, tomar conciencia de esos tremendos límites que como individuos tenemos, puede ayudarnos a tener más claridad de lo que nos proponemos en nuestros proyectos.
Juan Antonio García Borrero
¿Qué es la ENDAC?

La Enciclopedia Digital del Audiovisual Cubano (ENDAC: http://www.endac.org) sigue creciendo, gracias a la complicidad de aquellos que, de modo desinteresado, comparten sus memorias y archivos.
La ENDAC está pensada, precisamente, como un espacio para compartir. Más que como una enciclopedia al uso, yo la visualizo como una suerte de cine-club sin paredes y sin techo, donde en vez de proyectarse las historias contra una pared frontal, todo funcionaría a nivel de nube (sí, como esas nubes que van desplazándose en el cielo, ajenas a las fronteras y perímetros que los humanos construimos en la Tierra).
De allí que en la ENDAC trabajemos con el concepto “cuerpo audiovisual de la nación”, mucho más ambicioso que el de “cine nacional”. Esto nos está permitiendo construir un relato múltiple donde son importantes las películas y biografías, pero también las publicaciones, los espacios de socialización (salas cinematográficas, cine clubes, festivales, eventos), las tecnologías usadas, o las producciones rodadas más allá de la isla, ya sea por cubanos que viven fuera, o extranjeros que se aproximan a “lo cubano”.
Es obvio que un proyecto así no puede concebirse desde un único punto de vista. Como en “Rashomon”, en la ENDAC nos interesa retener las miradas pluridimensionales que permitan diseñar, ya no un mapa, sino un Atlas: es decir, colecciones de mapas (de películas, de cineastas, de tecnologías, etc), que al cruzarse de modo impredecible, estimularán el descubrimiento de nuevos territorios (o territorios hasta ahora ocultos) de lo que al final llamaríamos “cultura audiovisual”.
La ENDAC no es una Base de Datos, sino en todo caso, una Base de Conocimientos, donde los usuarios interactúan y contribuyen a escribir una Historia Pública del audiovisual cubano. Se le llama Historia Pública porque, a diferencia de la tradicional, no se escribe consultando la documentación que ya está almacenada en los archivos institucionales, sino con la que comparte en las redes sociales por los usuarios conectados a Internet.
En consonancia con esto último, hemos creado en Telegram un grupo al cual los interesados en contribuir con la ENDAC pueden sumarse accediendo al siguiente enlace: https://t.me/joinchat/ynNQyJXnh381YjYx