JUAN CARLOS TABÍO Y ARTURO ARANGO A PROPÓSITO DE LOS RECIENTES CUESTIONAMIENTOS A LEONARDO PADURA

Llegaron a mi buzón estos mensajes que han intercambiado el cineasta Juan Carlos Tabío y el escritor y guionista Arturo Arango, a raíz de la polémica originada por ciertas declaraciones de Leonardo Padura. Es posible, si encuentro el tiempo, que sume un par de ideas a este debate que me parece valioso.

JAGB

MENSAJE DE JUAN CARLOS TABÍO

Estimado Eduardo:

Una vez más te agradezco que me hayas incluido en tu larga lista de destinatarios a los que envías multitud de artículos sobre los más diversos temas publicados en la prensa y blogs cubanos y extranjeros. Artículos que de otra manera, al menos yo, no hubiera podido conocer.

Entre los últimos correos electrónico que me has enviado, aparecen varios, en los que distintas personas, y sin que nada indique que se han puesto de acuerdo entre sí, han respondido, cuestionado y/o descalificado las palabras de Padura vertidas en distintas entrevistas, y sorprendentemente, en distintos momentos. Unas, recientemente, hace unos pocos días, otras, en el 2012.

De esas personas solamente conozco a dos: al politólogo argentino Atilio Borón, que lo conozco de nombre, y a mi gran amigo desde hace mucho años, Guillermo Rodríguez Rivera. Los autores de los otros artículos apabullando a Padura que me has hecho llegar, están tan entreverados de suspicacias, especulaciones y descalificaciones, que, verdaderamente, no me tomo el trabajo de responder.

En su artículo “Padura en Buenos Aires”, Atilio Borón comienza diciendo:

“¿Cómo es posible que los fracasos o distorsiones de la revolución, que según Padura provocan "la nostalgia, el desencanto, las esperanzas perdidas" de una sociedad puedan ser señaladas sin decir una palabra sobre el imperialismo norteamericano y su criminal bloqueo de 55 años a Cuba?”

Estoy totalmente de acuerdo con el señor Borón, en que cuando alguien emprenda un análisis global, histórico sobre la realidad cubana en estos 55 años, está en la obligación de situar el bloqueo (embargo le dicen por allá afuera) como el elemento clave que ha marcado todo este tiempo nuestro y que ha tenido siempre como finalidad crear el hambre y la desesperación en el pueblo cubano (eso, dicho en inglés, suena aún peor). Ahora, yo pienso que "la nostalgia, el desencanto, las esperanzas perdidas" de Mario Conde, como la de otros muchos personajes de nuestra narrativa, teatro y cine contemporáneo, que reflejan la de muchos cubanos y cubanas de carne y hueso que, aunque tengan garantizadas la educación y la asistencia médica para ellos y sus hijos, no les alcanza el salario, no ya para terminar el mes, sino para comenzarlo, y no ven (no vemos) la luz al final del túnel. Esta nostalgia, este desencanto, y estas ilusiones perdidas ¿las provoca el Imperialismo y el Bloqueo o el inmovilismo y las absurdas restricciones que nuestra querida burocracia ha impuesto verticalmente durante todos estos años, y que lejos de subvertir o paliar el bloqueo, han provocando todo lo contrario. ¿No es por esta razón que resulta dramáticamente necesaria la impostergable introducción y puesta en marcha (para algunos a regañadientes) de los Cambios Estructurales planteados por el Presidente Raúl Castro?

¿Es que cada vez que en un artículo periodístico, en una novela o en una película, se aborda de manera reflexiva, de manera crítica, algún aspecto de nuestra realidad actual, donde aparecen los problemas y las contradicciones generadas por esta propia realidad actual, habría que comenzar con la coletilla previa del Imperialismo y del Bloqueo?

Todas las sociedades del mundo generan contradicciones, por supuesto que en otros países ocurren situaciones más dramáticas que en el nuestro. Pero nuestro arte y nuestra literatura, tiene, como una de sus funciones medulares, abordar estos problemas críticamente, para de esa forma interactuar con nuestra realidad (sobre todo porque nuestro periodismo oficialista no lo ha hecho nunca).

¿Qué palabras decir sobre el bloqueo y sobre el Imperialismo cuando se aborda (para citar un solo ejemplo), la realidad de esos millones de hectáreas de tierra en propiedad del Gobierno, que durante décadas han sido dejadas de la mano de Dios (y eso que nuestro Gobierno es ateo) creando marabú y haciendo que los pocos dólares que tenemos sean gastados importando el 80% de nuestros alimentos? ¿Qué decir sobre el bloqueo y el Imperialismo como no sea lo que dijo Raúl en un acto oficial cuando expresó (cito de memoria, pero su idea la tengo muy bien grabada en mi recuerdo): Basta ya de decir, <la culpa la tiene el Imperialismo>; <el bloqueo nos golpea>, ahí está la tierra, vamos a ver si somos capaces de hacerla producir?

A tenor del artículo de Borón, apareció simultáneamente este otro de Guillermo Rodríguez Rivera Padura, la literatura y el compromiso. En este artículo, Guillermo critica las respuestas de Padura en una entrevista publicada el 14 de julio de 2012. Cito:

“En una entrevista concedida a La Nación, de Buenos Aires, Leonardo Padura discurre ahora sobre lo que llama jugar a hacer política desde el arte lo que, a su juicio no se debe hacer, porque los artistas comprometidos de una manera militante con un partido, estado, filosofía o poder, terminan siendo siempre o casi marionetas de ese poder. Quisiera comenzar afirmando que esa voluntad de independencia en los seres humanos es muchas veces más deseo que realidad, y que demasiadas veces se usa como una coartada política. Los periodistas cubanos opositores a la Revolución consideran oficialistas a los revolucionarios, y se llaman a sí mismos independientes, aunque dependan económicamente de ciertas instituciones que los sostienen, y políticamente de importantísimos poderes”.

Guillermo, cuando tú escribiste aquel memorable, chispeante y exacto poema, más en serio que en broma, o más serio por ser en broma, (abordando la escasez de alimentos en los años 90), en el que hablaste de los boniatos de Cracovia que ya no venían por la debacle del Campo Socialista, y que solamente se podían encontrar en la prensa y en la tele (poema en el que, por supuesto, no hiciste la más leve alusión al Imperialismo y al Bloqueo, como pediría Atilio Borón), ¿eras un periodista-poeta independiente que se burlaba de la prensa revolucionaria, o eras un periodista-poeta revolucionario que se burlaba de la prensa oficialista. ¿Revolucionario y oficialista no son antítesis?

Si nuestra prensa militante, oficialista, hubiera sido consecuente con su verdadera función social, tú no habrías sentido la necesidad de escribir tu necesario poema sobre los boniatos de Cracovia.

Más adelante en tu artículo, dices:

“Mi mente, mi sensibilidad que han disfrutado las obras de esos hombres y los han admirado (del mismo modo que a Alberti, Maiacovski, Bertolt Brecht, Paul Eluard, Roque Dalton), se resisten a degradarlos, y mi lengua y me precio de tenerla bien mala rechaza cometer el parricidio de llamarlos marionetas”.

Guillermo, por favor, ninguno de estos inmensos artistas que citas así como tampoco el Neruda de Explico algunas cosas; ni el Picasso del Guernica, a los que has aludido anteriormente- han sido militantes desde posiciones de poder. Ninguno, salvo Maiacovski, quien al final de su vida sí fue un poeta oficialista, y que como todos sabemos, se suicidó de un balazo.

En un contexto como el de Cuba, donde todos los medios de difusión están bajo el control directo del Partido, es necesario que existan también periodistas independientes, independientes de verdad. Y por favor, Guillermo, en este cuento no pintan nada aquellos que, como tú dices “dependan económicamente de ciertas instituciones que los sostienen, y políticamente de importantísimos poderes”.

Los artistas y los escritores, por definición, siempre tendrán que ser independientes, si no se convierten en oficialistas, que es decir funcionarios.

Padura no es ni remotamente el único escritor, el único artista que aborda nuestra realidad de manera crítica, entonces, ¿Por qué esta andanada de comentarios enjuiciando su obra y sus palabras en entrevistas concedidas por él recientemente y desempolvando otras de hace varios años?; ¿La bronca es personal con Padura, o con todos los que no somos oficialistas?

No sé, será que con la edad me estoy convirtiendo en un hombre sabio, porque cada vez tengo más incertidumbres que certezas.

Un fuerte abrazo.

Juan Carlos Tabío.

MENSAJE DE ARTURO ARANGO

Juanca:

Vi caer las primeras bombas contra Padura mientras yo estaba enredadísimo en un taller de guiones. Decidí que, en cuanto me liberara de aquello, escribiría algo para polemizar con Atilio Borón y Guillermo Rodríguez Rivera, quienes son, como bien dices, los únicos a quienes vale la pena responder con ideas.

Veo lo que has escrito y me parece excelente: es casi todo lo que yo tendría que decir. Sin embargo, haré como una segunda base: recibo la bola, piso la almohadilla y tiro para primera algunas cositas más:

Ante todo, como a ti, me llama la atención la coincidencia, lo articulado del bombardeo, aún más cuando la mayoría de las ideas con las que ambos polemizan ya han sido dichas por Leo, y por muchos de nosotros, durante estas décadas. Aunque la narrativa cubana no sea su especialidad, Borón podría informarse, por ejemplo, de que Jorge Fornet ha calificado a una zona de la narrativa cubana (a la que pertenecemos Padura y yo, entre otros) como “del desencanto”. Jorge coloca bajo ese rótulo a obras escritas desde los años 90 en adelante. ¿Dónde está lo nuevo, la sorpresa?

En política, sabemos, no se puede ser ingenuo. Vale la pena que nos preguntemos ¿por qué ahora? ¿Por qué Padura?

La escalada es interesante. Cuando Leonardo ganó el Premio Nacional de Literatura, nadie, que yo recuerde, se atrevió a cuestionarlo. Al obtenerlo Reina María, algo hizo clic y saltaron contra los dos (y no solo Guillermo fue al ataque). ¿Qué puede enlazar a Padura con Reina, además de la amistad generacional? Lo más visible, a mi juicio, es que ambos han escrito obras inconformes, adoloridas, críticas, centradas en la Cuba que han vivido. Es una cualidad que comparten con la mayoría de los escritores cubanos.Ellos dos, sin embargo, han ganado con justeza un enorme reconocimiento internacional. Por fortuna, el otorgamiento a Reina del Premio Internacional “Pablo Neruda”, en Chile, llegó a tiempo para acallar los ataques contra ella. Parecería que entonces la artillería recibió la orden de disparar sobre Leo.

Y de verdad que no me gusta ser paranoico, pero las coincidencias son excesivas.

Paso a otro punto, que vale la pena tener en cuenta.

Para responder a las ideas vertidas por Padura en la entrevista del 14 de julio, Rodríguez Rivera opone la figura de Nicolás Guillén. El ejemplo de que nuestro Leonardo lleva la razón puede leerse en la página 180 del utilísimo libro de Jorge Fornet El 71. Anatomía de una crisis. El ensayista cita allí algunos discursos de Nicolás, todos de ese año. En uno de ellos, de enero de 1971, Guillén asegura que “no concebir que un escritor de hoy ‘sobre todo si pertenece a un pueblo subdesarrollado en rebeldía viva de espaldas a esa lucha, a ese pueblo, entregado a puros juegos de imaginación, a verbalismos intrascendentes, a ociosas policromías, a entretenidos crucigramas, a oscuridades deliberadas’”. Dos meses después, dice Fornet, Nicolás “insistirá en devaluar las obras de Gide, Proust y Joyce”. Vale la pena revisar ese capítulo de El 71, titulado “El arte ha de ser tarea de todo el pueblo”, para verificar cómo importantes intelectuales se plegaron a las exigencias el Partido y el Gobierno cubano para imponer en la Isla una idea de la cultura cercana a la política estalinista y ajena por completo a la tendencia que comprende al arte y la literatura como fundamentos para la emancipación de las personas.

Lo he escrito en otras oportunidades: fue ese contexto ideológico el que nos hizo, generacionalmente, rechazar los usos instrumentales del arte y la literatura.

Como me gusta asociar, no tengo más remedio que leer estos ataques a Leo junto a un desafortunado, y falso, artículo aparecido días atrás, primero en el blog de Manuel H. Lagarde y luego el boletín Por Cuba, de la red Cubarte. Dice la autora, llamada Rocío Martín: “Ninguna acción emprendida por los creadores cubanos para hacer respetar su libertad creativa en las últimas cinco décadas —en los momentos puntuales en los que la política cultural revolucionaria pudo haber sido malinterpretada—, se compara con la batalla de supervivencia que ha debido librar todo el pueblo de Cuba ante las constantes injerencias y sabotajes a su soberanía.”

De todo ese artículo, que ha sido ya respondido por otros amigos, esa idea final me parece la más peligrosa: de nuevo plantea la subordinación del arte, la literatura, las ideas, a esas otras “batallas”. Es una concepción que está en las bases de ideología impuesta en los nefastos años 70.

A mi juicio, la emancipación de un país no puede contraponerse a la emancipación de las personas. El precio de la libertad de Cuba no puede ser el sacrificio de la libertad de los cubanos (aunque sea “solo” de la libertad de pensar y de expresarse). Si esas dos “batallas” no van de la mano, nada tiene, tendría sentido.

Un detalle más: al final de su diatriba contra Leo, Borón dice: “Creo, modestamente, que quien no esté dispuesto a hablar del imperialismo norteamericano debería llamarse a un prudente silencio a la hora de emitir una opinión sobre la realidad cubana.” Para reducir al absurdo su sentencia: quien no haya vivido todos estos años dentro de Cuba, ¿tendría derecho a emitir opiniones sobre nuestra vida?

Nada, socio, que vine con ganas de descargar,

Abrazotes,

Arturo Arango

Ps. He hecho copia a varios amigos comunes con los que he estado intercambiando informaciones en estos días. Lamentablemente, no tengo aquí el correo de Guillermo. Si alguno de los destinatarios quiere hacerme el favor de reenviárselo, quedaré agradecido. Y, como es natural, son libres de reenviar esto a quien quieran, o de publicarlo donde quieran, si vale la pena.

Publicado el May 17, 2014 en Uncategorized. Añade a favoritos el enlace permanente. 12 comentarios.

  1. Joel Marrero

    La intelectualidad como siempre tan compleja y tan selectiva a la hora de responder, pero hay muchos ejemplos de rutilantes escritores que en su epoca fueron defensores a ultranza de los mas desposeidos como el Premio Nobel Sr Mario Vargas LLosa, que ahora solo se sienten comodo entre la burguesia y la realeza europea o sea que ya nada me asusta ni me extrana .

  2. Lo que yo tengo que responder a esto es muy breve, porque en general creo que hay conceptos para defender en ambas posiciones. La realidad suele ser bastante más compleja que los blancos y negros, y al indiscutible principio de independencia, rebeldía y capacidad crítica que tiene que tener todo artista, aún (o especialmente) los que se dicen comprometidos, se puede oponer que el arte en algo se parece a la ciencia, y es que rara vez es neutral. Quiero decir con esto que el artista, declamando su independencia, no puede actuar como si sus acciones sucedieran en el vacío y, por lo tanto, no generen repercusiones.
    No voy a hablar sobre si Borón tiene razón o no. Creo que hay algo de sobre reacción ante una entrevista donde Padura no dice nada extraordinario.
    De lo que quiero hablar es del concepto que se vierte tanto en las palabras de Arturo y de Juan Carlos sobre la «operación orquestada» para atacar a Padura. Y me pregunto: ¿por qué consideran que el artículo de Borón, u otros escritos para la ocasión por gente fuera de Cuba, forman necesariamente parte de algo semejante? ¿Será que están cometiendo el error de transpolar una situación que puede darse fronteras adentro en Cuba, como puede ser la persecución de un intelectual disidente, al resto del continente latinoamericano, o del mundo? En ese caso, tengo que recordarles a ambos que, lo que es «oficialismo» dentro de Cuba, fuera de ella está rotundamente del lado de la «oposición». En otras palabras: lo que en Cuba sería «plegarse a las exigencias» del poder, en el resto del continente es jugar en contra de los poderes establecidos. Lo que Borón hace, desde este lado, no es obsecuencia, sino resistencia.
    A pesar de conocer de primera mano a Cuba y su realidad (pero nunca paré en «hoteles cinco estrellas», como parece ser la descalificación automática hacia el yuma que ose mostrar apoyo al gobierno cubano), jamás pretendería jugar a explicarle a un cubano cómo es su realidad. Tengo que reconocer que es un acto de arrogancia que muchos cometen al llegar a la Isla. Asimismo, hay que entender lo que significa Cuba y su Revolución para los sectores progresistas en el Continente, por más que a Padura eso no le guste; si puertas adentro nadie puede entender mejor que el cubano lo que la Revolución significa, puertas afuera la cosa está más discutida.
    Es este significado tan especial que tiene la Revolución Cubana lo que, a mi entender, genera sobre actuaciones como la de Borón con respecto a la entrevista de Padura, pero no una «operación orquestada». Así como no en toda crítica hay que leer imperialismo, no en todo apoyo hay que leer obsecuencia o persecución.
    Nada más. Finalmente no fui breve, pero espero haber aportado algo útil a una conversación que me interesa mucho. Estoy totalmente de acuerdo que apoyo nunca puede confundirse con obsecuencia, y Cuba necesita mucha crítica desde adentro, la crítica constructiva que busca avanzar y mejorar, no la que pretende volver al pasado.
    Un abrazo,

    Carlos Olmedo

  3. Sugiero que los intelectuales lean también – mediten – textos como estos. Sin duda, deben enriquecer y matizar mucho más su visión de muchas aristas del problema:

    El desmontaje de la historia y cómo enfrentarlo

  4. «quien no haya vivido todos estos años dentro de Cuba, ¿tendría derecho a emitir opiniones sobre nuestra vida?» -> Esto deja mucho que desear…

  5. Un Dossier abundante de la polémica y mi propia visión en ogunguerrero.wordpress.com

  6. No había leído el comentario de Carlos Olmedo. Lo apoyo y suscribo completamente, como que también creo que no hay tal conspiración y que se han de tener en cuenta esas dos perspectivas desde la que se mira a Cuba, que con tanta lucidez aporta Olmedo.

  7. IMPORTANTE – Pincha y escucha unas palabras dirigidas al Embajador de Cuba en el Reino Unido – Orestes Matacena: TIRANOS, PARA QUE? 4/1/14: http://youtu.be/Ws15V9rEDx0

    • Insólito que a estas alturas del siglo se pretenda pasar por argumento legítimo semejante «pensamiento» tan pedestre como el derecho a quemar una bandera, de cualquier país que sea. Es insultante que una abra un sitio y le sorprenda un mensaje como este.

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